Jeremías 22-30

CAPITULO 22
Profecía acerca de Salum


1 Así ha dicho Jehovah: "Desciende a la casa del rey de Judá y habla allí estas palabras.
2 Dile: ’Escucha la palabra de Jehovah, oh rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David, tú, tus servidores y tu pueblo que entran por estas puertas.
3 Así ha dicho Jehovah: Practicad el derecho y la justicia; librad a quien es despojado de mano del opresor; no maltratéis ni tratéis con violencia al forastero, ni al huérfano ni a la viuda; no derraméis sangre inocente en este lugar.
4 Porque si realmente ponéis por obra esta palabra, entonces entrarán por las puertas de esta casa, en carros y a caballo, los reyes que se sientan sobre el trono de David, ellos, sus servidores y su pueblo.
5 Pero si no escucháis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice Jehovah, que esta casa será desolada.
6 Porque así ha dicho Jehovah acerca de la casa del rey de Judá: Como Galaad eres tú para mí, y como la cumbre del Líbano. No obstante, te convertiré en desolación y en ciudades no habitadas.
7 He designado contra ti destructores, cada uno con sus armas. Ellos cortarán tus cedros escogidos y los echarán en el fuego.
8 Muchas naciones pasarán junto a esta ciudad, y se preguntarán unos a otros: ¿Por qué ha hecho así Jehovah a esta gran ciudad?
9 Y responderán: Porque abandonaron el pacto de Jehovah su Dios, y se postraron ante otros dioses y les rindieron culto.’ "
10 No lloréis por un muerto; no os condoláis por él. Llorad amargamente por el que se va, porque jamás regresará ni volverá a ver la tierra donde nació.
11 Porque así ha dicho Jehovah acerca de Salum hijo de Josías, rey de Judá, que sucedió a su padre Josías y que salió de este lugar: "No regresará acá jamás,
12 sino que en el lugar a donde lo han transportado, allí morirá y no volverá a ver esta tierra.

Profecía acerca de Joacim

13
"Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin derecho, sirviéndose de su prójimo de balde, sin pagarle su salario.
14 El que dice: ’Edificaré para mí una casa espaciosa y amplias salas; le haré ventanas, la cubriré con cedro y la pintaré de ocre rojo.’
15 ¿Acaso reinarás porque compites con cedro? ¿Acaso no comió y bebió tu padre, y practicó el derecho y la justicia, y entonces le fue bien?
16 El juzgó la causa del afligido y del necesitado; entonces le fue bien. ¿No es esto conocerme?, dice Jehovah.
17 Pero tus ojos y tu corazón no están puestos sino sólo en tus ganancias deshonestas, en derramar sangre inocente, y en hacer agravio y extorsión."
18 Por tanto, así ha dicho Jehovah acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: "No lo lamentarán diciendo: ’¡Ay, hermano mío!’ y ’¡Ay, hermana mía!’ Ni lo lamentarán diciendo: ’¡Ay, señor!’ y ’¡Ay de su esplendor!’
19 Será enterrado con un entierro de asno, arrastrado y echado más allá de las puertas de Jerusalén.

Profecía acerca de Joaquín

20
"Sube al Líbano y grita; en Basán haz oír tu voz; grita desde Abarim. Porque todos tus amantes han sido quebrantados.
21 Te hablé en tu prosperidad, pero dijiste: ’No escucharé.’ Este ha sido tu camino desde tu juventud; que nunca has escuchado mi voz.
22 El viento apacentará a todos tus pastores, y tus amantes irán en cautiverio. Ciertamente te avergonzarás y serás afrentado a causa de toda tu maldad.
23 Habitaste en el Líbano; hiciste tu nido en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vengan los dolores, angustia como la de la mujer que da a luz!
24 "¡Vivo yo, dice Jehovah, que si tú, Joaquín hijo de Joacim, rey de Judá, fueses el anillo de sellar en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría!
25 Te entregaré en mano de los que buscan tu vida, en mano de aquellos cuya presencia temes, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de los caldeos.
26 Te arrojaré a ti y a tu madre que te dio a luz, a una tierra extraña donde no nacisteis, y allá moriréis.
27 Y a la tierra a la cual anhelan intensamente volver, allá no volverán.
28 ¿Acaso es este hombre Joaquín una obra despreciable y rota? ¿Es acaso una vasija indeseable? ¿Por qué han sido arrojados él y sus descendientes, y echados a una tierra que no conocían?"
29 ¡Oh tierra, tierra, tierra, escucha la palabra de Jehovah!
30 Así ha dicho Jehovah: "Inscribid a este hombre como uno privado de descendencia. Será un hombre que no prosperará en los días de su vida. Porque ningún hombre de su descendencia logrará sentarse en el trono de David ni gobernar de nuevo en Judá.

CAPITULO 23
Reinado del Retoño justo de David

1 "¡Ay de los pastores, que echan a perder y dispersan a las ovejas de mi prado!, dice Jehovah.
2 Por tanto, así ha dicho Jehovah Dios de Israel a los pastores que apacientan a mi pueblo: ’Vosotros dispersasteis y ahuyentasteis mis ovejas, y no os ocupasteis de ellas. He aquí que yo me ocuparé de vosotros por la maldad de vuestras obras, dice Jehovah.
3 Pero yo reuniré al remanente de mis ovejas de todas las tierras a donde las eché y las haré volver a sus pastizales. Entonces serán fecundas y se multiplicarán.
4 Sobre ellas pondré pastores que las apacienten. No temerán más, ni se atemorizarán; no faltará ninguna, dice Jehovah.’
5 "He aquí vienen días, dice Jehovah, en que levantaré a David un Retoño justo. Reinará un Rey que obrará con inteligencia y que practicará el derecho y la justicia en la tierra.
6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará seguro. Y este es el nombre con el cual será llamado: ’Jehovah, justicia nuestra.’
7 Por tanto, dice Jehovah, he aquí vienen días en que no dirán más: ’¡Vive Jehovah, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto!’,
8 sino: ’¡Vive Jehovah, que hizo subir y trajo a los descendientes de la casa de Israel desde la tierra del norte y desde todas las tierras a donde los había desterrado!’ Y habitarán en su propio suelo."

Contra los falsos profetas

9
Para los profetas: Mi corazón está quebrantado dentro de mí; todos mis huesos tiemblan. Estoy como un hombre ebrio y como un hombre dominado por el vino, a causa de Jehovah y a causa de sus santas palabras.
10 Porque la tierra está llena de adúlteros; porque por causa de éstos la tierra está enlutada, y los pastizales del desierto se han secado. La carrera de ellos es mala; su poderío no es recto.
11 "Tanto el profeta como el sacerdote son unos impíos, dice Jehovah. Aun en mi casa he hallado su maldad.
12 Por tanto, como resbaladeros en la oscuridad será su camino. Serán empujados y caerán en él, porque yo traeré el mal sobre ellos en el año de su castigo, dice Jehovah.
13 "En los profetas de Samaria he visto algo repulsivo: Profetizan en nombre de Baal y hacen errar a mi pueblo Israel.
14 Y en los profetas de Jerusalén he visto algo horrible: Cometen adulterio, andan en la mentira y fortalecen las manos de los malhechores, de manera que ninguno se convierta de su maldad. Todos ellos son para mí como Sodoma, y sus habitantes como Gomorra.
15 Por tanto, así ha dicho Jehovah de los Ejércitos acerca de los profetas: He aquí que les haré comer ajenjo y les haré beber aguas envenenadas, porque de los profetas de Jerusalén ha salido la corrupción a todo el país."
16 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan. Ellos os llenan de vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehovah.
17 Continuamente dicen a los que desprecian la palabra de Jehovah: ’Tendréis paz.’ Y a cualquiera que anda tras la porfía de su corazón dicen: ’No vendrá el mal sobre vosotros.’ "
18 Pero, ¿quién ha estado en el consejo secreto de Jehovah y ha percibido y oído su palabra? ¿Quién ha estado atento a su palabra y la ha obedecido?
19 He aquí que el huracán de Jehovah sale con furor. Es un huracán que gira e irrumpe sobre la cabeza de los impíos.
20 No se apartará la ira de Jehovah hasta que haya hecho y cumplido los propósitos de su corazón. Al final de los días lo entenderéis claramente.
21 "Yo no enviaba a aquellos profetas, pero ellos corrían. Yo no les hablaba, pero ellos profetizaban.
22 Si hubieran estado en mi consejo secreto, entonces habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras.
23 "¿Acaso soy yo Dios de cerca, y no Dios de lejos?, dice Jehovah.
24 ¿Acaso podrá alguien ocultarse en escondrijos para que yo no lo vea?, dice Jehovah. ¿Acaso no lleno yo el cielo y la tierra?, dice Jehovah.
25 "He oído lo que dijeron aquellos profetas que en mi nombre profetizan mentira, diciendo: ’¡He soñado, he soñado!’
26 ¿Hasta cuándo? ¿Qué hay en el corazón de los profetas que profetizan mentira y que profetizan el engaño de sus propios corazones?
27 ¿Acaso con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, piensan hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, de la manera que sus padres se olvidaron de mi nombre por causa de Baal?
28 El profeta que tenga un sueño, que cuente el sueño; pero el que tenga mi palabra, que hable mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?, dice Jehovah.
29 ¿No es mi palabra como el fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice Jehovah.
30 Por tanto, he aquí, yo estoy contra los profetas que hurtan mis palabras, cada uno de su vecino, dice Jehovah.
31 He aquí, yo estoy contra los profetas que con sus lenguas hablan lisonjas y proclaman: ’Jehovah dice.’
32 He aquí, dice Jehovah, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos y los cuentan, haciendo errar a mi pueblo con sus mentiras y con su liviandad. Yo no los envié ni les mandé. Ningún provecho traerán a este pueblo, dice Jehovah.
33 "Cuando este pueblo o algún profeta o sacerdote te pregunte diciendo: ’¿Cuál es la profecía de Jehovah?’, les dirás: ’¿Vosotros sois la profecía, y yo os rechazaré’, dice Jehovah.
34 "Al profeta, al sacerdote y a cualquiera del pueblo que diga: ’Profecía de Jehovah’, yo castigaré a tal hombre y a su casa.
35 Así diréis cada cual a su compañero y cada uno a su hermano: ’¿Qué ha respondido Jehovah? ¿Qué ha hablado?’
36 Nunca más os acordaréis de decir: ’Profecía de Jehovah.’ Porque, ¿acaso ha de ser profecía la palabra de cada hombre? Vosotros pervertís las palabras del Dios vivo, Jehovah de los Ejércitos, nuestro Dios.
37 "Así dirás al profeta: ’¿Qué te respondió Jehovah? ¿Qué habló Jehovah?’
38 Pero si decís: ’Profecía de Jehovah’, por eso ha dicho Jehovah: Porque dijisteis: ’Profecía de Jehovah’, cuando yo os mandé decir: No digáis: ’Profecía de Jehovah’;
39 por eso, he aquí que os olvidaré por completo y os arrojaré de mi presencia a vosotros y a la ciudad que os había dado.
40 Pondré sobre vosotros afrenta perpetua y eterna humillación que no serán olvidadas."

CAPITULO 24
Simbolismo de dos canastas de higos

1 Después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos a Joaquín hijo de Joacim, rey de Judá, a los magistrados de Judá, a los artesanos y a los herreros, de Jerusalén a Babilonia, Jehovah me mostró una visión: He aquí, dos canastas de higos estaban puestas delante del templo de Jehovah.
2 Una de las canastas tenía higos muy buenos, como brevas; la otra canasta tenía higos muy malos, tan malos que no se podían comer.
3 Y Jehovah me dijo:
-¿Qué ves, Jeremías? Yo dije: -Higos. Higos buenos, muy buenos; e higos malos, muy malos, tan malos que no se pueden comer.
4 Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
5 -Así ha dicho Jehovah Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así consideraré, para bien, a los que fueron llevados cautivos de Judá, a quienes eché de este lugar a la tierra de los caldeos.
6 Pondré mis ojos sobre ellos, para bien, y les haré volver a esta tierra. Los edificaré y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré.
7 Les daré un corazón para que me conozcan, pues yo soy Jehovah. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a mí de todo corazón.
8 »Porque así ha dicho Jehovah: Como con los higos malos, que por ser tan malos no se pueden comer, así procederé con Sedequías rey de Judá, con sus magistrados, con el remanente de Jerusalén que ha sido dejado en esta tierra y con los que habitan en la tierra de Egipto,
9 para mal. Y haré que ante todos los reinos de la tierra sean objeto de espanto, de oprobio, de refrán, de burla y de maldición en todos los lugares adonde yo los empuje.
10 Y enviaré sobre ellos la espada, el hambre y la peste, hasta que sean exterminados de sobre el suelo que les di a ellos y a sus padres.

CAPITULO 25
Judá castigado mediante Babilonia
 

1 La palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá, en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, el cual era el primer año de Nabucodonosor, rey de Babilonia,
2 la cual habló el profeta Jeremías a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén, diciendo:
3 "Desde el año 13 de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, durante veintitrés años ha venido a mí la palabra de Jehovah. Os he hablado persistentemente, pero no habéis escuchado.
4 Jehovah os envió persistentemente todos sus siervos los profetas, pero no escuchasteis ni inclinasteis vuestro oído para escuchar.
5 Os decían: ’Volveos, pues, cada uno de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y habitad en la tierra que Jehovah os ha dado a vosotros y a vuestros padres, para siempre jamás.
6 No vayáis en pos de otros dioses, para rendirles culto y para postraros ante ellos. No me provoquéis a ira con la obra de vuestras manos, y no os haré mal.’
7 Sin embargo, dice Jehovah, no me escuchasteis, de modo que me habéis provocado a ira con la obra de vuestras manos, para vuestro propio mal.
8 "Por tanto, así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: ’Por cuanto no habéis escuchado mis palabras,
9 he aquí yo enviaré a tomar a todas las gentes del norte y a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus habitantes, y contra todas las naciones de alrededor, dice Jehovah. Los destruiré por completo y los convertiré en escarnio, rechifla y ruinas perpetuas.
10 Haré perecer entre ellos la voz del gozo y la voz de la alegría, la voz del novio y la voz de la novia, el ruido de las piedras del molino y la luz de la lámpara.
11 Toda esta tierra será convertida en desolación y espanto. Y estas naciones servirán al rey de Babilonia durante setenta años.’


CAPITULO 26
Jeremías ante las autoridades

1 En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de Jehovah, diciendo:
2 "Así ha dicho Jehovah: ’Ponte de pie en el atrio de la casa de Jehovah y habla todas las palabras que te he mandado que hables, a todos los de las ciudades de Judá que vienen para adorar en la casa de Jehovah. No omitas ni una sola palabra;
3 quizás oigan y se vuelvan, cada uno de su mal camino, y yo desista del mal que he pensado hacerles por causa de la maldad de sus obras.’
4 Les dirás que así ha dicho Jehovah: ’Si no me escucháis para andar en mi ley, la cual he puesto delante de vosotros,
5 ni escucháis las palabras de mis siervos los profetas que persistentemente os he enviado (a los cuales no habéis escuchado),
6 entonces haré a este templo como hice al de Silo y expondré esta ciudad como una maldición ante todas las naciones de la tierra.’ "
7 Los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo oyeron a Jeremías hablar estas palabras en la casa de Jehovah.
8 Pero sucedió que cuando Jeremías terminó de decir todo lo que Jehovah le había mandado que hablase a todo el pueblo, lo apresaron los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, diciendo: "Irremisiblemente morirás.
9 ¿Por qué has profetizado en nombre de Jehovah, diciendo: ’Este templo será como Silo, y esta ciudad será destruida hasta no quedar habitante en ella’?" Y todo el pueblo se congregó contra Jeremías en la casa de Jehovah.
10 Cuando los magistrados de Judá oyeron estas cosas, subieron de la casa del rey a la casa de Jehovah y se sentaron a la entrada de la puerta Nueva de la casa de Jehovah.
11 Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los magistrados y a todo el pueblo, diciendo:
-¡Este hombre merece la pena de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como vosotros lo habéis oído con vuestros propios oídos!
12 Entonces Jeremías habló a todos los magistrados y a todo el pueblo, diciendo: -Jehovah me ha enviado para profetizar contra este templo y contra esta ciudad todas las palabras que habéis oído.
13 Ahora pues, corregid vuestros caminos y vuestras obras, y escuchad la voz de Jehovah vuestro Dios, y Jehovah desistirá del mal que ha hablado contra vosotros.
14 Y en lo que a mí respecta, he aquí estoy en vuestras manos: Haced de mí como mejor y más recto os parezca.
15 Pero sabed con certeza que si me matáis, echaréis sangre inocente sobre vosotros, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes. Porque en verdad Jehovah me ha enviado para decir todas estas palabras en vuestros oídos.
16 Entonces los magistrados y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: -Este hombre no merece la pena de muerte, porque ha hablado en nombre de Jehovah, nuestro Dios.
17 Luego se levantaron algunos hombres de los ancianos del país y hablaron a toda la asamblea del pueblo, diciendo:
18 -Miqueas de Moréset profetizaba en tiempos de Ezequías, rey de Judá. El habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: "Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: ’ Sion será arada como campo. Jerusalén será convertida en un montón de ruinas; y el monte del templo, en cumbres boscosas.’ "
19 ¿Acaso Ezequías, rey de Judá, y todo Judá lo mataron? ¿Acaso no temió a Jehovah e imploró el favor de Jehovah, y Jehovah desistió del mal que había hablado contra ellos? Nosotros estamos haciendo un mal grande contra nosotros mismos.

Juicio y destrucción de Babilonia 

12
"Pero sucederá que cuando se hayan cumplido los setenta años, castigaré al rey de Babilonia, a aquella nación y a la tierra de los caldeos, por su maldad. Yo la convertiré en perpetua desolación.
13 Traeré contra aquella tierra todas mis palabras que he hablado acerca de ella, todo lo que está escrito en este libro que ha profetizado Jeremías contra todas las naciones.
14 Porque también de ellos se servirán muchas naciones y grandes reyes. Yo les retribuiré conforme a sus hechos y conforme a la obra de sus manos."

La copa de ira para las naciones 

15
Así me ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Toma de mi mano esta copa del vino de la ira, y da de beber a todas las naciones a las cuales te envío.
16 Ellas beberán y vomitarán; enloquecerán a causa de la espada que yo envío entre ellas." 
17 Tomé, pues, la copa de la mano de Jehovah y di de beber a todas las naciones a las cuales Jehovah me había enviado:
18 A Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus magistrados, para convertirlos en ruinas, en horror, en rechifla y en maldición, como en este día.
19 Al faraón rey de Egipto, a sus servidores, a sus magistrados, a todo su pueblo
20 y a toda su población asimilada. A todos los reyes de la tierra de Uz y a todos los reyes de la tierra de Filistea (Ascalón, Gaza, Ecrón y los sobrevivientes de Asdod).
21 A Edom, a Moab, a los hijos de Amón;
22 a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a los reyes de las costas que están al otro lado del mar.
23 A Dedán, a Tema, a Buz y a todos los que se rapan las sienes.
24 A todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de la población asimilada que habita en el desierto.
25 A todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media.
26 A todos los reyes del norte, tanto a los cercanos como a los lejanos, a los unos como a los otros. Di de beber a todos los reinos que hay sobre la faz de la tierra, y el rey de Sesac beberá después de ellos. 
27 "Les dirás que así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: ’Bebed y embriagaos; vomitad y caed. No os levantaréis a causa de la espada que yo envío contra vosotros.’
28 Y sucederá que si rehúsan tomar la copa de tu mano para beber, les dirás que así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: ’Tenéis que beberla,
29 porque he aquí que yo comienzo a hacer mal a la ciudad que es llamada por mi nombre; y vosotros, ¿quedaréis impunes? ¡No quedaréis impunes, porque yo llamo la espada contra todos los habitantes de la tierra!’, dice Jehovah de los Ejércitos. 
30 "Tú profetizarás contra ellos todas estas palabras y les dirás: ’Jehovah ruge desde lo alto, y da su voz desde su santa habitación. Ruge enfurecido contra su morada; y un grito como el de los que pisan la uva, responderá a todos los habitantes de la tierra.
31 Tal rugido llegará hasta el extremo de la tierra, porque Jehovah tiene litigio contra las naciones. El entra en juicio contra todo mortal; entregará los impíos a la espada,’ " dice Jehovah. 
32 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "He aquí que el mal irá de nación en nación, y un gran huracán se desatará desde los extremos de la tierra.
33 En aquel día los muertos por Jehovah estarán desde un extremo de la tierra hasta el otro. No serán llorados; no serán recogidos ni sepultados. Serán convertidos en abono sobre la superficie de la tierra." 

Dios juzga a los jefes de las naciones
 

34
¡Gemid, oh pastores, y gritad! Revolcaos en el polvo, oh mayorales del rebaño; porque se han cumplido los días para que seáis degollados y dispersados. Y caeréis como carneros escogidos.
35 Se acabará el refugio de los pastores, y el escape de los mayorales del rebaño. 
36 Se oye el ruido del griterío de los pastores, y del gemido de los mayorales del rebaño. Porque Jehovah ha devastado sus prados.
37 Los apacibles pastizales son devastados a causa del furor de la ira de Jehovah.38 Cual león, ha dejado su guarida, pues la tierra de ellos se ha convertido en horror a causa de la ira del opresor y a causa del furor de su enojo. 

El crimen contra el profeta Urías

20
Hubo también un hombre que profetizaba en nombre de Jehovah: Urías hijo de Semaías, de Quiriat-jearim, el cual profetizó contra esta ciudad y contra esta tierra, conforme a todas las palabras de Jeremías.
21 El rey Joacim, todos sus valientes y todos sus magistrados oyeron sus palabras, y el rey procuró matarlo. Pero Urías se enteró, tuvo miedo y huyó, y se fue a Egipto.
22 El rey Joacim envió a Egipto unos hombres: a Elnatán hijo de Acbor y a otros hombres con él.
23 Ellos sacaron a Urías de Egipto y lo llevaron al rey Joacim, quien lo mató a espada y echó su cadáver en los sepulcros de la gente del pueblo.
24 Pero la mano de Ajicam hijo de Safán estaba con Jeremías, para que no lo entregasen en mano del pueblo para matarlo.

CAPITULO 27
El simbolismo de los yugos

1 En el principio del reinado de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de Jehovah a Jeremías.
2 Jehovah me dijo así: "Haz coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello.
3 Luego los enviarás al rey de Edom, al rey de Moab, al rey de los hijos de Amón, al rey de Tiro y al rey de Sidón, por medio de los mensajeros que vienen a Jerusalén a Sedequías, rey de Judá.
4 Y les mandarás que digan a sus señores que así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: ’Así habéis de decir a vuestros señores:
5 Con mi gran poder y mi brazo extendido hice la tierra, al hombre y a los animales que están sobre la faz de la tierra, y la he dado a quien me place.
6 Ahora yo he entregado todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo. Le he dado aun los animales del campo, para que le sirvan.
7 Todas las naciones le servirán a él, como a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que también le llegue su tiempo a su propia tierra; luego se servirán de él muchas naciones y grandes reyes.
8 "Y sucederá que a la nación o al reino que no sirva a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no ponga su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, yo castigaré a tal nación con espada, hambre y peste, hasta que los acabe por medio de su mano’, dice Jehovah.
9 "Vosotros, pues, no escuchéis a vuestros profetas, ni a vuestros encantadores, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros espiritistas ni a vuestros hechiceros que os hablan diciendo: ’No serviréis al rey de Babilonia.’
10 Porque ellos os profetizan mentira, de modo que seáis alejados de vuestra tierra y que yo os expulse y perezcáis. 11 Pero a la nación que someta su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirva, haré que la dejen en su tierra, y habitará en ella", dice Jehovah.
12 Y hablé a Sedequías, rey de Judá, conforme a todas estas palabras, diciendo: "Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia. Servidle a él y a su pueblo, y viviréis.
13 ¿Por qué habréis de morir tú y tu pueblo por la espada, el hambre y la peste, como ha dicho Jehovah acerca de la nación que no sirva al rey de Babilonia?
14 No escuchéis las palabras de los profetas quienes os hablan diciendo: ’No serviréis al rey de Babilonia’, pues os profetizan mentira.
15 Porque Jehovah dice: ’Yo no los envié; no obstante, ellos profetizan falsamente en mi nombre, de modo que yo os expulse y perezcáis vosotros y los profetas que os profetizan.’ "
16 También a los sacerdotes y a todo este pueblo hablé diciendo: "No escuchéis las palabras de vuestros profetas, quienes os profetizan diciendo: ’He aquí que los utensilios de la casa de Jehovah serán traídos pronto de Babilonia’, porque os profetizan mentira.
17 No los escuchéis; servid al rey de Babilonia y vivid. ¿Por qué ha de ser desolada esta ciudad?
18 Si ellos son profetas y si está con ellos la palabra de Jehovah, que intercedan ante Jehovah de los Ejércitos, para que no vayan a Babilonia los utensilios que han quedado en la casa de Jehovah, en la casa del rey de Judá y en Jerusalén.
19 Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos acerca de aquellas columnas, de la fuente, de las bases de las pilas móviles y del resto de los objetos que quedan en esta ciudad,
20 y que no llevó Nabucodonosor rey de Babilonia, cuando llevó cautivos a Babilonia a Joaquín hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los nobles de Judá y de Jerusalén.
21 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, acerca de los objetos que han quedado en la casa de Jehovah y en la casa del rey de Judá y en Jerusalén:
22 ’Serán llevados a Babilonia y allí estarán hasta el día en que yo los visite con mi favor, dice Jehovah. Después los haré volver, y los restituiré a este lugar.’ "

CAPITULO 28
Las falsas profecías de Ananías

1 Aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, en el mes quinto del cuarto año, que Ananías hijo de Azur, que era el profeta de Gabaón, me habló en la casa de Jehovah, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo:
2 -Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, diciendo: "He roto el yugo del rey de Babilonia.
3 Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehovah que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar y los llevó a Babilonia.
4 También haré volver a este lugar a Joaquín hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los de Judá que fueron llevados cautivos a Babilonia, porque romperé el yugo del rey de Babilonia", dice Jehovah.
5 Entonces el profeta Jeremías respondió al profeta Ananías, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo que estaba de pie en la casa de Jehovah. 6 Y el profeta Jeremías dijo: -¡Así sea! Así lo haga Jehovah. Confirme Jehovah las palabras que has profetizado, para hacer volver de Babilonia a este lugar los utensilios de la casa de Jehovah y a todos los que fueron llevados cautivos.
7 Sin embargo, escucha esta palabra que yo hablo a tus oídos y a oídos de todo el pueblo:
8 Los profetas que vinieron antes de ti y antes de mi, desde tiempos antiguos, profetizaron de guerras, de desastres y de pestes contra muchas tierras y contra grandes reinos.
9 En cuanto al profeta que profetiza paz, cuando su palabra se cumpla, se reconocerá que a tal profeta verdaderamente le ha enviado Jehovah.
10 Entonces el profeta Ananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió.
11 Y Ananías habló en presencia de todo el pueblo, diciendo:
-Así ha dicho Jehovah: "De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, del cuello de todas las naciones, dentro de dos años." Y Jeremías se fue por su camino.

Castigo del falso profeta Ananías

12
Después que el profeta Ananías rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías, vino la palabra de Jehovah a Jeremías, diciendo:
13 -Vé, habla a Ananías y dile que así ha dicho Jehovah: "Tú has roto yugos de madera, pero en lugar de ellos harás yugos de hierro."
14 Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "He puesto un yugo de hierro sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y le servirán. Le he dado a él aun los animales del campo."
15 Entonces el profeta Jeremías dijo al profeta Ananías: -Escucha, Ananías: Jehovah no te ha enviado, y tú has hecho que este pueblo confíe en la mentira.
16 Por tanto, así ha dicho Jehovah: "He aquí, yo te quito de sobre la faz de la tierra. Morirás en este mismo año, porque incitaste a la rebelión contra Jehovah."
17 En el mismo año, en el mes séptimo, murió Ananías.

CAPITULO 29
Carta de Jeremías a los cautivos

1 Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió de Jerusalén al resto de los ancianos de la cautividad, a los sacerdotes, a los profetas y a todo el pueblo, que Nabucodonosor había llevado cautivo de Jerusalén a Babilonia.
2 Esto sucedió después de haber salido de Jerusalén el rey Joaquín y la reina madre, los funcionarios, los magistrados de Judá y de Jerusalén, los artesanos y los herreros.
3 La carta fue enviada por medio de Elasa hijo de Safán y de Gemarías hijo de Hilquías, a quienes Sedequías rey de Judá envió a Babilonia, a Nabucodonosor rey de Babilonia. Y decía:
4 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "A todos los que están en la cautividad, a quienes hice llevar cautivos de Jerusalén a Babilonia:
5 Edificad casas y habitadlas. Plantad huertos y comed del fruto de ellos.
6 Contraed matrimonio y engendrad hijos e hijas. Tomad mujeres para vuestros hijos y dad vuestras hijas en matrimonio, para que den a luz hijos e hijas. Multiplicaos allí, y no disminuyáis.
7 Procurad el bienestar de la ciudad a la cual os hice llevar cautivos. Rogad por ella a Jehovah, porque en su bienestar tendréis vosotros bienestar."
8 Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros encantadores. No prestéis oído a sus sueños que ellos sueñan.
9 Pues ellos os profetizan falsamente en mi nombre. Yo no los envié", dice Jehovah.
10 Porque así ha dicho Jehovah: "Cuando según mi dicho se cumplan setenta años para Babilonia, os visitaré con mi favor y os cumpliré mi buena promesa de haceros regresar a este lugar.
11 Porque yo sé los planes que tengo acerca de vosotros, dice Jehovah, planes de bienestar y no de mal, para daros porvenir y esperanza.
12 Entonces me invocaréis. Vendréis y oraréis a mí, y yo os escucharé.
13 Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis con todo vuestro corazón.
14 Me dejaré hallar de vosotros, dice Jehovah, y os restauraré de vuestra cautividad. Os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares a donde os he expulsado, dice Jehovah. Y os haré volver al lugar de donde hice que os llevaran cautivos."
15 Vosotros habéis dicho: "Jehovah nos ha levantado profetas en Babilonia."
16 Pero así ha dicho Jehovah acerca del rey que está sentado sobre el trono de David y de todo el pueblo que habita en esta ciudad, vuestros hermanos que no salieron en cautividad con vosotros;
17 así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "He aquí, yo envío contra ellos la espada, el hambre y la peste. Procederé con ellos como con los higos malos, que por ser tan malos no se pueden comer.
18 Los perseguiré con espada, con hambre y con peste. Haré que sean motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, y maldición, horror, rechifla y afrenta ante todas las naciones a las cuales los he expulsado,
19 dice Jehovah, porque no escucharon mis palabras que persistentemente os he enviado por medio de mis siervos los profetas. Y no habéis escuchado", dice Jehovah.
20 Oíd, pues, la palabra de Jehovah, vosotros todos los expatriados que eché de Jerusalén a Babilonia.
21 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colías y de Sedequías hijo de Maasías, quienes os profetizan falsamente en mi nombre: "He aquí, yo los entrego en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y él los matará ante vuestros ojos.
22 De ellos se derivará esta maldición para todos los expatriados de Judá que están en Babilonia: ’Jehovah te haga como a Sedequías y como a Acab, a quienes el rey de Babilonia los asó al fuego.’
23 Porque hicieron infamia en Israel, cometiendo adulterio con las mujeres de sus prójimos, y porque en mi nombre hablaron falsamente palabras que no les mandé, lo cual yo lo sé y soy testigo", dice Jehovah.

Profecía contra el profeta Semaías

24
Y a Semaías de Nejelam hablarás diciendo
25 que así ha hablado Jehovah de los Ejércitos, por cuanto en tu propio nombre enviaste cartas a todo el pueblo que está en Jerusalén, al sacerdote Sofonías hijo de Maasías y a todos los demás sacerdotes, diciendo:
26 "Jehovah te ha hecho sacerdote en lugar del sacerdote Joyada, para que en la casa de Jehovah te encargues de todo hombre loco que se ponga a profetizar, y lo metas en el cepo y en el collar de hierro.
27 Ahora pues, ¿por qué no has reprendido a Jeremías de Anatot, que os profetiza?
28 Porque por cierto nos ha enviado a decir en Babilonia: ’Largo va a ser el cautiverio. Edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed del fruto de ellos . . .’ "
29 El sacerdote Sofonías leyó esta carta a oídos del profeta Jeremías.
30 Y vino la palabra de Jehovah a Jeremías, diciendo:
31 "Manda decir a todos los expatriados que así ha dicho Jehovah acerca de Semaías de Nejelam: ’Porque Semaías os profetizó sin que yo lo enviara, y os hizo confiar en una mentira,
32 por eso así ha dicho Jehovah: He aquí que yo castigaré a Semaías de Nejelam y a su descendencia. No tendrá un solo hombre que habite en medio de este pueblo, ni verá el bien que haré a mi pueblo, dice Jehovah, porque ha incitado a la rebelión contra Jehovah.’ "

CAPITULO 30
Profecía de la restauración de Israel

1 La palabra de Jehovah que vino a Jeremías, diciendo
2 "Así ha dicho Jehovah Dios de Israel: ’Escribe en un libro todas estas palabras que te he hablado.
3 Porque he aquí vienen días, dice Jehovah, en que restauraré de la cautividad a mi pueblo Israel y a Judá, ha dicho Jehovah. Los haré volver a la tierra que di a sus padres, y tomarán posesión de ella.’ "
4 Estas son las palabras que habló Jehovah acerca de Israel y de Judá.
5 Así ha dicho Jehovah: "Hemos oído una voz de estremecimiento; hay terror, y no hay paz.
6 Preguntad, pues, y mirad: ¿Acaso un varón da a luz? ¿Por qué he visto a todo hombre con las manos sobre las caderas como una mujer que da a luz, y todas las caras se han vuelto pálidas?
7 ¡Oh, cuán grande será aquel día; tanto, que no hay otro semejante a él! Será tiempo de angustia para Jacob, pero será librado de él.
8 "Sucederá en aquel día, dice Jehovah de los Ejércitos, que yo quebraré el yugo de sobre su cuello y romperé sus coyundas. Los extraños no volverán a someterlo a servidumbre.
9 Más bien, servirán a Jehovah su Dios y a David su rey, a quien yo levantaré para ellos.
10 "Pero tú no temas, oh siervo mío Jacob, ni desmayes, oh Israel, dice Jehovah. Porque he aquí, yo soy el que te salva desde lejos; y a tu descendencia, de la tierra de su cautividad. Jacob volverá y estará tranquilo; estará confiado, y no habrá quien lo atemorice.
11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehovah. Ciertamente haré exterminio en todas las naciones entre las cuales te he dispersado; pero en ti no haré exterminio, sino que te castigaré con justicia. De ninguna manera te daré por inocente.
12 Porque así ha dicho Jehovah: Tu quebranto es incurable, y tu herida es grave.
13 No hay quien juzgue tu causa; no tienes remedio eficaz para tu úlcera.
14 Todos tus amantes se han olvidado de ti; ya no te buscan. Porque te he herido como a enemigo con castigo de hombre cruel, a causa del gran número de tus maldades y de la multitud de tus pecados.
15 ¿Por qué gritas por tu quebranto? Tu dolor es incurable, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto.
16 Pero todos los que te devoran serán devorados; y todos tus enemigos, todos ellos, irán en cautividad. Los que te saquean serán víctimas del saqueo, y a todos los que te despojan los entregaré al despojo.
17 Porque yo te traeré sanidad y curaré tus heridas, dice Jehovah; pues te han llamado Desechada, diciendo: ’Esta es Sion, a quien nadie busca.’ "
18 Así ha dicho Jehovah: "He aquí, yo restauraré de la cautividad las tiendas de Jacob; de sus moradas tendré misericordia. La ciudad será reedificada sobre su montículo de escombros, y el palacio quedará en su lugar.
19 Acciones de gracias saldrán de ellos, y la voz de los que se regocijan. Los multiplicaré, y no serán disminuidos. Los honraré, y no serán insignificantes.
20 Sus hijos serán como en el pasado, y su congregación tendrá estabilidad delante de mí. Y castigaré a todos sus opresores.
21 "Uno de ellos será su soberano, y de en medio de ellos saldrá su gobernante. Yo le haré acercarse, y él se llegará a mí. Porque, ¿quién es aquel que arriesga su corazón para acercarse a mí?, dice Jehovah.
22 Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
23 "He aquí que el huracán de Jehovah sale con furor. Es un huracán que gira e irrumpe sobre la cabeza de los impíos.
24 No se apartará el ardor de la ira de Jehovah hasta que haya hecho y cumplido los propósitos de su corazón. Al final de los días lo entenderéis.

 
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