Éxodo 12-22

CAPITULO 12
La Pascua de liberación 

1 Jehovah habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: 
2 -Este mes os será el principio de los meses; será para vosotros el primero de los meses del año.
3 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo que el 10 de este mes cada uno tome para sí un cordero en cada casa paterna, un cordero por familia.
4 Si la familia es demasiado pequeña como para comer el cordero, entonces lo compartirán él y su vecino de la casa inmediata, de acuerdo con el número de las personas. Según la cantidad que ha de comer cada uno, repartiréis el cordero.
5 El cordero será sin defecto, macho de un año; tomaréis un cordero o un cabrito.
6 Lo habréis de guardar hasta el día 14 de este mes, cuando lo degollará toda la congregación del pueblo de Israel al atardecer.
7 Tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las puertas de las casas en donde lo han de comer.
8 Aquella misma noche comerán la carne, asada al fuego. La comerán con panes sin levadura y con hierbas amargas.
9 No comeréis del cordero nada crudo, ni cocido en agua; sino asado al fuego, con su cabeza, sus piernas y sus entrañas.
10 Nada dejaréis de él hasta la mañana. Lo que quede hasta la mañana habréis de quemarlo en el fuego.
11 Así lo habréis de comer: con vuestros cintos ceñidos, puestas las sandalias en vuestros pies y con vuestro bastón en la mano. Lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehovah. 
12 »La misma noche yo pasaré por la tierra de Egipto y heriré de muerte a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de los hombres como del ganado. Así ejecutaré actos justicieros contra todos los dioses de Egipto. Yo, Jehovah. 
13 »La sangre os servirá de señal en las casas donde estéis. Yo veré la sangre y en cuanto a vosotros pasaré de largo y cuando castigue la tierra de Egipto, no habrá en vosotros ninguna plaga para destruiros. 
14 »Habréis de conmemorar este día. Lo habréis de celebrar como fiesta a Jehovah a través de vuestras generaciones. Lo celebraréis como estatuto perpetuo.
15 Siete días comeréis panes sin levadura. El primer día quitaréis de vuestras casas la levadura, porque cualquiera que coma algo con levadura desde el primer día hasta el séptimo, esa persona será excluida de Israel. 
16 »El primer día habrá asamblea sagrada. También en el séptimo día habrá asamblea sagrada. Ningún trabajo haréis en ellos, excepto la preparación de lo que cada uno haya de comer. Sólo eso podréis hacer.
17 Guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día habré sacado vuestros ejércitos de la tierra de Egipto. Por tanto, guardaréis este día como estatuto perpetuo a través de vuestras generaciones. 
18 »Comeréis los panes sin levadura en el mes primero, desde el día 14 del mes al atardecer, hasta el día 21 del mes al atardecer.
19 Durante siete días no se hallará en vuestras casas nada que tenga levadura. Cualquiera que coma algo con levadura, sea forastero o natural de la tierra, esa persona será excluida de la congregación de Israel.
20 No comeréis ninguna cosa con levadura. En todo lugar donde habitéis comeréis panes sin levadura. 
21 Moisés convocó a todos los ancianos de Israel y les dijo: -Sacad y tomad del rebaño para vuestras familias, y sacrificad el cordero pascual.
22 Tomad luego un manojo de hisopo y empapadlo en la sangre que está en la vasija, y untad el dintel y los postes de la puerta con la parte de la sangre que está en la vasija. Ninguno de vosotros salga de la puerta de su casa hasta la mañana.
23 Porque Jehovah pasará matando a los egipcios, y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará de largo aquella puerta y no dejará entrar en vuestras casas al destructor para matar.
24 Guardaréis estas palabras como ley para vosotros y para vuestros hijos, para siempre.
25 Cuando hayáis entrado en la tierra que Jehovah os dará, como lo prometió, guardaréis este rito.
26 Y cuando os pregunten vuestros hijos: "¿Qué significa este rito para vosotros?",
27 vosotros les responderéis: "Este es el sacrificio de la Pascua de Jehovah, quien pasó de largo las casas de los hijos de Israel cuando mató a los egipcios y libró nuestras casas." Entonces el pueblo se inclinó y adoró.
28 Los hijos de Israel fueron y lo hicieron; como Jehovah había mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.

Décima plaga: mueren los primogénitos 

29
Aconteció que a la medianoche Jehovah mató a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito del faraón que se sentaba en el trono, hasta el primogénito del preso que estaba en la mazmorra, y todo primerizo del ganado.
30 Aquella noche se levantaron el faraón, todos sus servidores y todos los egipcios, pues había un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto.
31 Entonces hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: -¡Levantaos y salid de en medio de mi pueblo, vosotros y los hijos de Israel! Id y servid a Jehovah, como habéis dicho.
32 Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos. Y bendecidme a mí también.

Los israelitas salen de Egipto 

33
Los egipcios apremiaban al pueblo, apresurándose a echarlos del país, porque decían: -¡Todos seremos muertos!
34 La gente llevaba sobre sus hombros la masa que aún no tenía levadura y sus artesas envueltas en sus mantos.
35 Los hijos de Israel hicieron también conforme al mandato de Moisés, y pidieron a los egipcios objetos de plata, objetos de oro y vestidos.
36 Jehovah dio gracia al pueblo ante los ojos de los egipcios, quienes les dieron lo que pidieron. Así despojaron a los egipcios. 
37 Partieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, unos 600.000 hombres de a pie, sin contar los niños.
38 También fue con ellos una gran multitud de toda clase de gente, y sus ovejas y ganado en gran número.
39 De la masa que habían sacado de Egipto, cocieron panes sin leudar, porque no le habían puesto levadura; ya que cuando fueron echados de Egipto, no pudieron detenerse ni para preparar comida. 
40 El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue de 430 años.
41 Pasados los 430 años, en el mismo día salieron de la tierra de Egipto todos los escuadrones de Jehovah.
42 Esta es noche de guardar en honor de Jehovah, por haberlos sacado de la tierra de Egipto. Todos los hijos de Israel, a través de sus generaciones, deben guardar esta noche en honor de Jehovah.

Los que han de participar en la Pascua 

43
Jehovah dijo a Moisés y a Aarón: -Este es el estatuto acerca de la Pascua: Ningún extranjero comerá de ella.
44 Pero todo esclavo que alguien haya comprado por dinero comerá de ella después que lo hayas circuncidado.
45 El que es extranjero y mercenario no la comerá.
46 Será comida en una casa; no llevarás de aquella carne fuera de la casa. Tampoco quebraréis ninguno de sus huesos.
47 Toda la congregación de Israel la celebrará.
48 Si algún extranjero que reside entre vosotros quisiera celebrar la Pascua de Jehovah, que sea circuncidado todo varón de su familia. Entonces podrá celebrarla, y será como el natural de la tierra. Pero ningún incircunciso comerá de ella.
49 La misma ley será para el natural y para el extranjero que viva entre vosotros.
50 Así lo hicieron todos los hijos de Israel. Tal como lo mandó Jehovah a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.
51 Y sucedió que aquel mismo día Jehovah sacó de la tierra de Egipto a los hijos de Israel, por sus ejércitos.

CAPITULO 13

1 Jehovah habló a Moisés diciendo: 
2 -Conságrame todo primogénito; todo el que abre la matriz entre los hijos de Israel, tanto de los hombres como de los animales, es mío. 
3 Moisés dijo al pueblo: -Conmemorad este día en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de esclavitud; porque Jehovah os ha sacado de aquí con mano poderosa. Por eso no comeréis nada que tenga levadura.
4 Vosotros salís hoy, en el mes de Abib.
5 Y cuando Jehovah te haya llevado a la tierra de los cananeos, heteos, amorreos y jebuseos, la cual juró a tus padres que te daría, una tierra que fluye leche y miel, celebraréis este rito en este mes.
6 Durante siete días comeréis panes sin levadura, y el séptimo día será fiesta para Jehovah.
7 Durante los siete días se comerán los panes sin levadura, y no se verá contigo nada leudado ni levadura en todo tu territorio.
8 »Aquel día se lo contarás a tu hijo diciendo: "Esto se hace con motivo de lo que Jehovah hizo conmigo cuando salí de Egipto.
9 Esto ha de ser para ti como una señal sobre tu mano y como un memorial entre tus ojos, para que la ley de Jehovah esté en tu boca, porque con mano poderosa Jehovah te sacó de Egipto.
10 Por tanto, guardarás esta ordenanza en el tiempo fijado, de año en año."

Consagración de los primogénitos 

11
»Cuando Jehovah te haya introducido en la tierra de los cananeos, y te la haya dado como te juró a ti y a tus padres,
12 apartarás para Jehovah todo primogénito que abre la matriz, y también todo primerizo de las crías de tus animales; los machos serán de Jehovah.
13 Rescatarás con un cordero todo primerizo de asno; y si no lo rescatas, romperás su nuca. También rescatarás todo primogénito de entre tus hijos.
14 Y cuando mañana te pregunte tu hijo diciendo: "¿Qué es esto?", le dirás: "Con mano poderosa Jehovah nos sacó de Egipto, de la casa de esclavitud.
15 Cuando el faraón se endureció para no dejarnos ir, Jehovah mató en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito del hombre hasta el primerizo del animal. Por esta razón yo ofrezco en sacrificio a Jehovah todo primerizo macho que abre la matriz y rescato a todo primogénito de mis hijos."
16 Esto ha de ser para ti como una señal sobre tu mano y como un memorial entre tus ojos, ya que Jehovah nos sacó de Egipto con mano poderosa.

Elección de la ruta del mar Rojo 

17
Cuando el faraón dejó ir al pueblo, Dios no lo guió por el camino de la tierra de los filisteos, aunque era más corto, porque dijo Jehovah: "No sea que al enfrentarse con la guerra, el pueblo cambie de parecer y se vuelva a Egipto."
18 Más bien, Dios hizo que el pueblo diese un rodeo por el camino del desierto hacia el mar Rojo. Los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto armados.

Los restos de José llevados de Egipto 

19
Moisés tomó también consigo los restos de José, quien había hecho jurar a los hijos de Israel diciendo: "Ciertamente Dios os visitará, y haréis llevar de aquí mis restos, con vosotros."

Dios guía a Israel de día y de noche 

20
Salieron de Sucot y acamparon en Etam, al borde del desierto.
21 Jehovah iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que pudieran caminar tanto de día como de noche.
22 La columna de nube nunca se apartó de día de delante del pueblo, ni la columna de fuego de noche.

CAPITULO 14
Los israelitas cruzan el mar Rojo
 

1 Jehovah habló a Moisés diciendo: 
2 -Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen cerca de Pi-hajirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal-zefón; acamparéis en el lado opuesto, junto al mar.
3 Entonces el faraón dirá de los hijos de Israel: "Andan errantes por la tierra; el desierto les cierra el paso."
4 Yo endureceré el corazón del faraón para que os persiga; pero yo mostraré mi gloria en el faraón y en todo su ejército, y los egipcios sabrán que yo soy Jehovah. Ellos lo hicieron así.
5 Y cuando informaron al rey de Egipto que el pueblo huía, el corazón del faraón y de sus servidores se volvió contra el pueblo. Y dijeron: -¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, y que no nos sirva?
6 Unció su carro y tomó consigo a su gente.
7 Tomó 600 carros escogidos y todos los demás carros de Egipto con los oficiales que estaban al frente de todos ellos. 
8 Jehovah endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, y él persiguió a los hijos de Israel; pero éstos salieron osadamente.
9 Los egipcios los persiguieron con toda la caballería, los carros del faraón, sus jinetes y su ejército; y los alcanzaron mientras acampaban junto al mar, al lado de Pi-hajirot, frente a Baal-zefón. 
10 Cuando el faraón se había acercado, los hijos de Israel alzaron los ojos; y he aquí que los egipcios venían tras ellos. Entonces los hijos de Israel temieron muchísimo y clamaron a Jehovah.
11 Y dijeron a Moisés: -¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para morir en el desierto? ¿Por qué nos has hecho esto de sacarnos de Egipto?
12 ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto diciendo: "Déjanos solos, para que sirvamos a los egipcios"? ¡Mejor nos habría sido servir a los egipcios que morir en el desierto!
13 Y Moisés respondió al pueblo: -¡No temáis! Estad firmes y veréis la liberación que Jehovah hará a vuestro favor. A los egipcios que ahora veis, nunca más los volveréis a ver.
14 Jehovah combatirá por vosotros, y vosotros os quedaréis en silencio.
15 Entonces Jehovah dijo a Moisés: -¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se marchen.
16 Y tú, alza tu vara y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo para que los hijos de Israel pasen por en medio del mar, en seco.
17 Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que entren detrás de ellos, y mostraré mi gloria en el faraón y en todo su ejército, en sus carros y en sus jinetes.
18 Y los egipcios sabrán que yo soy Jehovah, cuando yo muestre mi gloria en el faraón, en sus carros y en sus jinetes.
19 Entonces el ángel de Dios, que iba delante del campamento de Israel, se trasladó e iba detrás de ellos. Asimismo, la columna de nube que iba delante de ellos se trasladó y se puso detrás de ellos,
20 y se colocó entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel, constituyendo nube y tinieblas para aquéllos, mientras que alumbraba a Israel de noche. En toda aquella noche no se acercaron los unos a los otros. 
21 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y Jehovah hizo que éste se retirase con un fuerte viento del oriente que sopló toda aquella noche e hizo que el mar se secara, quedando las aguas divididas.
22 Y los hijos de Israel entraron en medio del mar en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda.
23 Los egipcios los persiguieron, y entraron en el mar tras ellos con toda la caballería del faraón, sus carros y sus jinetes. 
24 Aconteció que a eso de la vigilia de la mañana, Jehovah miró hacia el ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el ejército de los egipcios.
25 Trabó las ruedas de sus carros, de modo que se desplazaban pesadamente. Entonces los egipcios dijeron: -¡Huyamos de los israelitas, porque Jehovah combate por ellos contra los egipcios!
26 Entonces Jehovah dijo a Moisés: -Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre sus jinetes.
27 Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, éste volvió a su lecho, de modo que los egipcios chocaron contra él cuando huían. Así precipitó Jehovah a los egipcios en medio del mar.
28 Las aguas volvieron y cubrieron los carros y los jinetes, junto con todo el ejército del faraón que había entrado en el mar tras ellos. No quedó de ellos ni uno solo.
29 Pero los hijos de Israel caminaron en seco por en medio del mar, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda.
30 Así libró Jehovah aquel día a Israel de mano de los egipcios. Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar.
31 Cuando Israel vio la gran hazaña que Jehovah había realizado contra los egipcios, el pueblo temió a Jehovah, y creyó en él y en su siervo Moisés.

CAPITULO 15
Cántico a Jehovah por la liberación 

1 Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico a Jehovah, diciendo: "¡Cantaré a Jehovah, pues se ha enaltecido grandemente! ¡Ha arrojado al mar caballos y jinetes!
2 Jehovah es mi fortaleza y mi canción; él ha sido mi salvación. ¡Este es mi Dios! Yo le alabaré. ¡El Dios de mi padre! A él ensalzaré.
3 "Jehovah es un guerrero. ¡Jehovah es su nombre!
4 Ha echado al mar los carros y el ejército del faraón. Fueron hundidos en el mar Rojo sus mejores oficiales.
5 Las aguas profundas los cubrieron; descendieron como piedra a las profundidades.
6 "Tu diestra, oh Jehovah, ha sido majestuosa en poder; tu diestra, oh Jehovah, ha quebrantado al enemigo.
7 Con la grandeza de tu poder has destruido a los que se opusieron a ti; desataste tu furor, y los consumió como a hojarasca.
8 Por el soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; las olas se acumularon como un dique; las aguas profundas se congelaron en medio del mar.
9 Dijo el enemigo: ’Perseguiré, tomaré prisioneros y repartiré el botín; mi alma se saciará de ellos; desenvainaré mi espada, y mi mano los desalojará.’ 
10 Pero tú soplaste con tu aliento, y el mar los cubrió. Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.
11 "¿Quién como tú, oh Jehovah, entre los dioses ¿Quién como tú, majestuoso en santidad, temible en hazañas dignas de alabanza, hacedor de maravillas?
12 Extendiste tu diestra, y la tierra los tragó.
13 En tu misericordia guías a este pueblo que has redimido, y lo llevas con tu poder a tu santa morada.
14 "Los pueblos lo oyen y tiemblan; la angustia se apodera de los filisteos.
15 Entonces los jefes de Edom se aterran; los poderosos de Moab son presas del pánico; se abaten todos los habitantes de Canaán.
16 Sobre ellos caen terror y espanto; ante la grandeza de tu brazo enmudecen como la piedra, hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehovah; hasta que haya pasado este pueblo que tú has adquirido.
17 Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, en el lugar que has preparado como tu habitación, oh Jehovah, en el santuario que establecieron tus manos, oh Señor.
18 Jehovah reinará por siempre jamás." 
19 Cuando la caballería del faraón entró en el mar con sus carros y jinetes, Jehovah volvió a traer las aguas del mar sobre ellos, mientras que los hijos de Israel caminaron en seco en medio del mar.
20 Entonces María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.
21 Y María les dirigía diciendo: "¡Cantad a Jehovah, pues se ha enaltecido grandemente! ¡Ha arrojado al mar caballos y jinetes!"

Las aguas de Mara son hechas dulces 

22
Moisés hizo que Israel partiese del mar Rojo, y ellos se dirigieron al desierto de Shur. Caminaron tres días por el desierto, sin hallar agua,
23 y llegaron a Mara. Pero no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas. Por eso pusieron al lugar el nombre de Mara.
24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés diciendo: -¿Qué hemos de beber?
25 Moisés clamó a Jehovah, y Jehovah le mostró un árbol. Cuando él arrojó el árbol dentro de las aguas, las aguas se volvieron dulces. Allí dio al pueblo leyes y decretos. Allí lo probó
26 diciéndole: -Si escuchas atentamente la voz de Jehovah tu Dios y haces lo recto ante sus ojos; si prestas atención a sus mandamientos y guardas todas sus leyes, ninguna enfermedad de las que envié a Egipto te enviaré a ti, porque yo soy Jehovah tu sanador.

Jehovah envía codornices y maná 

27
Llegaron a Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.

CAPITULO 16

1 Toda la congregación de los hijos de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, el día 15 del mes segundo después de salir de la tierra de Egipto.
2 Entonces toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto.
3 Los hijos de Israel les decían: -¡Ojalá Jehovah nos hubiera hecho morir en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.
4 Entonces Jehovah dijo a Moisés: -He aquí, yo haré llover para vosotros pan del cielo. El pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día; así lo pondré a prueba, si anda en mi ley o no.
5 Pero en el sexto día prepararán lo que han de llevar, que será el doble de lo que recogen cada día.
6 Moisés y Aarón dijeron a todos los hijos de Israel: -Al atardecer sabréis que Jehovah os ha sacado de la tierra de Egipto.
7 Y al amanecer veréis la gloria de Jehovah, porque él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehovah. Pues, ¿qué somos nosotros para que murmuréis contra nosotros?
8 -Agregó Moisés-: Jehovah os dará al atardecer carne para comer y al amanecer pan hasta saciaros, porque Jehovah ha oído vuestras murmuraciones contra él. Pues, ¿qué somos nosotros? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehovah.
9 Moisés dijo a Aarón: -Di a toda la congregación de los hijos de Israel: "Acercaos a la presencia de Jehovah, pues él ha oído vuestras murmuraciones."
10 Y sucedió que mientras Aarón hablaba a toda la congregación de Israel, miraron hacia el desierto; y he aquí, la gloria de Jehovah se apareció en la nube.
11 Y Jehovah habló a Moisés diciendo: 
12 -Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales diciendo: "Al atardecer comeréis carne, y al amanecer os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehovah vuestro Dios." 
13 Al atardecer vinieron las codornices y cubrieron el campamento. Y al amanecer había una capa de rocío alrededor del campamento.
14 Cuando se evaporó la capa de rocío, he aquí que sobre la superficie del desierto había una sustancia menuda, escamosa y fina como la escarcha sobre la tierra.
15 Al verla, los hijos de Israel se preguntaron unos a otros: -¿Qué es esto? Pues no sabían lo que era. Entonces Moisés les dijo: -Es el pan que Jehovah os da para comer.
16 Esto es lo que Jehovah ha mandado: "Recoged de ello cada uno según lo que necesite para comer: un gomer por persona. Cada uno recogerá según el número de las personas que están en su tienda."
17 Así lo hicieron los hijos de Israel. Unos recogieron más, y otros menos.
18 Lo midieron por gomer; y al que recogió mucho no le sobró, y al que recogió poco no le faltó. Cada uno recogió según lo que necesitaba para comer.
19 Y Moisés les dijo: -Ninguno guarde nada de ello hasta el día siguiente.
20 Pero no obedecieron a Moisés, sino que algunos guardaron algo para el día siguiente; pero crió gusanos y hedió. Y Moisés se enojó contra ellos.
21 Lo recogían cada mañana, cada uno según lo que necesitaba para comer; y cuando el sol calentaba, se derretía.
22 En el sexto día recogieron doble porción de comida: dos gomeres para cada uno. Todos los principales de la congregación fueron a Moisés y se lo hicieron saber.
23 Y él les dijo: -Esto es lo que ha dicho Jehovah: "Mañana es sábado de reposo, el sábado consagrado a Jehovah. Lo que tengáis que cocer al horno, cocedlo hoy; y lo que tengáis que cocinar, cocinadlo. Y todo lo que sobre, dejadlo a un lado y guardadlo para la mañana."
24 Ellos lo guardaron para la mañana, según lo había mandado Moisés, y no hedió ni crió gusanos.
25 Y dijo Moisés: -Comedlo hoy, porque es el sábado de Jehovah. Hoy no lo hallaréis en el campo.
26 Seis días lo recogeréis; pero el séptimo día es sábado, en el cual no será hallado.
27 Aconteció que algunos del pueblo salieron para recoger en el séptimo día, y no hallaron nada.
28 Y Jehovah dijo a Moisés: -¿Hasta cuándo rehusaréis guardar mis mandamientos y mis instrucciones?
29 Mirad que Jehovah os ha dado el sábado, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Permanezca cada uno en su lugar; nadie salga de allí en el séptimo día.
30 Así reposó el pueblo el séptimo día.

El maná conservado como memorial 

31
La casa de Israel lo llamó Maná. Era como semilla de cilantro, blanco; y su sabor era como de galletas con miel.
32 Moisés dijo: -Esto es lo que Jehovah ha mandado: "Llenad un gomer de maná para que sea conservado para vuestras generaciones, a fin de que ellas vean el pan que os di a comer en el desierto, cuando os saqué de la tierra de Egipto."
33 Moisés también dijo a Aarón: -Toma una vasija y pon en ella un gomer lleno de maná; colócala delante de Jehovah, para que sea conservado para vuestras generaciones.
34 Y Aarón lo puso delante del Testimonio, para que fuese conservado, como Jehovah había mandado a Moisés. 
35 Los hijos de Israel comieron el maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada. Comieron maná hasta que llegaron a la frontera de la tierra de Canaán.
36 (Un gomer es la décima parte de un efa.)

CAPITULO 17
Brota agua de la peña de Horeb 

1 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin, para continuar sus etapas, según el mandato de Jehovah; y acamparon en Refidim, donde no había agua para que el pueblo bebiese.
2 El pueblo altercó con Moisés diciendo: -¡Danos agua para beber! Moisés les dijo: -¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué ponéis a prueba a Jehovah?
3 Así que el pueblo sediento murmuró allí contra Moisés diciendo: -¿Por qué nos trajiste de Egipto para matarnos de sed, a nosotros, a nuestros hijos y a nuestro ganado?
4 Moisés clamó a Jehovah diciendo: -¿Qué haré con este pueblo? Poco falta para que me apedreen.
5 Jehovah respondió a Moisés: -Pasa delante del pueblo y toma contigo a algunos de los ancianos de Israel. Toma también en tu mano la vara con que golpeaste el Nilo, y vé. 
6 He aquí, yo estaré delante de ti allí sobre la peña de Horeb. Tú golpearás la peña, y saldrá de ella agua, y el pueblo beberá. Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.
7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masá y Meriba, por el altercado de los hijos de Israel y porque pusieron a prueba a Jehovah, diciendo: "¿Está Jehovah entre nosotros, o no?"

Victoria de Israel sobre Amalec

8
Entonces vino Amalec y combatió contra Israel en Refidim.
9 Y Moisés dijo a Josué: -Escoge algunos de nuestros hombres y sal a combatir contra Amalec. Mañana yo estaré sobre la cima de la colina con la vara de Dios en mi mano.
10 Josué hizo como le dijo Moisés y combatió contra Amalec, mientras Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre de la colina.
11 Sucedió que cuando Moisés alzaba su mano, Israel prevalecía; pero cuando bajaba su mano, prevalecía Amalec.
12 Ya las manos de Moisés estaban cansadas; por tanto, tomaron una piedra y la pusieron debajo de él, y él se sentó sobre ella. Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro del otro lado. Así hubo firmeza en sus manos hasta que se puso el sol.
13 Y así derrotó Josué a Amalec y a su pueblo, a filo de espada.
14 Entonces Jehovah dijo a Moisés: -Escribe esto en un libro como memorial, y di claramente a Josué que yo borraré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.
15 Moisés edificó un altar y llamó su nombre Jehovah-nisi.
16 Y dijo: -Por cuanto alzó la mano contra el trono de Jehovah, Jehovah tendrá guerra contra Amalec de generación en generación.

CAPITULO 18
Jetro visita a Moisés en Refidim


1 Jetro, sacerdote de Madián y suegro de Moisés, oyó todas las cosas que Dios había hecho a favor de Moisés y de su pueblo Israel, y cómo Jehovah había sacado a Israel de Egipto.
2 Y Jetro, suegro de Moisés, tomó a Séfora, la mujer de Moisés, a quien éste había enviado;
3 también tomó a sus dos hijos. (El uno se llamaba Gersón, porque Moisés había dicho: "Fui forastero en tierra extranjera."
4 El otro se llamaba Eliezer, porque había dicho: "El Dios de mi padre me ayudó y me libró de la espada del faraón.")
5 Jetro, suegro de Moisés, y la mujer de éste y sus hijos fueron a ver a Moisés en el desierto donde estaba el campamento, junto al monte de Dios.
6 Y envió a decir a Moisés: "Yo, tu suegro Jetro, vengo a ti con tu mujer y con sus dos hijos."
7 Moisés salió a recibir a su suegro, se postró ante él y lo besó. Se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y entraron en la tienda.
8 Moisés contó a su suegro todas las cosas que Jehovah había hecho al faraón y a los egipcios a favor de Israel, los contratiempos que habían pasado en el camino, y cómo los había librado Jehovah.
9 Se alegró Jetro de todo el bien que Jehovah había hecho a Israel, librándole de la mano de los egipcios.
10 Jetro dijo: -¡Bendito sea Jehovah, que os libró de mano de los egipcios y de mano del faraón! El es quien libró al pueblo de mano de los egipcios.
11 Ahora reconozco que Jehovah es más grande que todos los dioses, porque castigó a aquellos que os trataron con arrogancia.
12 Después Jetro, suegro de Moisés, ofreció un holocausto y sacrificios a Dios. Aarón y todos los ancianos de Israel fueron a comer con el suegro de Moisés delante de Dios.

Jetro asesora la elección de jueces

13
Aconteció que al día siguiente Moisés se sentó para administrar justicia al pueblo. Y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la noche.
14 Al ver el suegro de Moisés todo lo que él hacía por el pueblo, dijo: -¿Qué es esto que haces con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú sólo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la noche?
15 Moisés respondió a su suegro: -Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios.
16 Cuando tienen cualquier asunto, vienen a mí. Yo juzgo entre uno y otro, y les hago conocer las leyes y las instrucciones de Dios.
17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: -No está bien lo que haces.
18 Te agotarás del todo, tú y también este pueblo que está contigo. El trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.
19 Ahora pues, escúchame; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Sé tú el portavoz del pueblo delante de Dios, y lleva los asuntos a Dios.
20 Enséñales las leyes y las instrucciones, y muéstrales el camino a seguir y lo que han de hacer.
21 Pero selecciona de entre todo el pueblo a hombres capaces, temerosos de Dios, hombres íntegros que aborrezcan las ganancias deshonestas, y ponlos al frente de ellos como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez,
22 para que juzguen al pueblo en todo tiempo. Todo asunto difícil lo traerán a ti, pero ellos juzgarán todo asunto menor. Así aliviarás la carga que hay sobre ti, haciendo que otros la compartan contigo.
23 Si haces esto, y Dios así te lo manda, tú podrás resistir; y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.
24 Moisés escuchó el consejo de su suegro e hizo todo lo que él dijo.
25 Escogió Moisés hombres capaces de entre todo Israel y los puso al frente del pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez.
26 Ellos juzgaban al pueblo en todo tiempo. Los asuntos difíciles los llevaban a Moisés, pero ellos se hacían cargo de todos los asuntos menores.
27 Entonces despidió Moisés a su suegro y lo encaminó a su tierra.

CAPITULO 19
Jehovah confirma su pacto en Sinaí

1 En el mes tercero después de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en ese mismo día llegaron al desierto de Sinaí.
2 Partieron de Refidim y llegaron al desierto de Sinaí, e Israel acampó allí en el desierto frente al monte.
3 Entonces Moisés subió para encontrarse con Dios, y Jehovah lo llamó desde el monte, diciendo: -Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel:
4 "Vosotros habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo os he levantado a vosotros sobre alas de águilas y os he traído a mí.
5 Ahora pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis para mí un pueblo especial entre todos los pueblos. Porque mía es toda la tierra,
6 y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa." Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
7 Entonces Moisés volvió y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en su presencia todas estas palabras que Jehovah le había mandado.
8 Todo el pueblo respondió a una, y dijo: -¡Haremos todo lo que Jehovah ha dicho! Y Moisés repitió a Jehovah las palabras del pueblo. 
9 Jehovah dijo a Moisés: -He aquí, yo vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo y te crea para siempre. Y Moisés repitió a Jehovah las palabras del pueblo.
10 Jehovah dijo a Moisés: -Vé al pueblo y santifícalos hoy y mañana, y que laven sus vestidos.
11 Que estén preparados para el tercer día, porque al tercer día Jehovah descenderá sobre el monte Sinaí, a la vista de todo el pueblo.
12 Tú señalarás un límite al pueblo, alrededor, diciendo: "Guardaos; no subáis al monte ni toquéis su límite. Cualquiera que toque el monte, morirá irremisiblemente.
13 Nadie pondrá sus manos sobre él, porque ciertamente será apedreado o muerto a flechazos; sea animal u hombre, no vivirá. Sólo podrán subir al monte cuando la corneta suene prolongadamente."
14 Moisés descendió del monte al encuentro del pueblo y lo santificó, y ellos lavaron sus vestidos.
15 Entonces dijo al pueblo: -Estad preparados para el tercer día. Absteneos de relaciones con mujer.
16 Aconteció al tercer día, al amanecer, que hubo truenos y relámpagos, una densa nube sobre el monte, y un fuerte sonido de corneta. Y todo el pueblo que estaba en el campamento se estremeció.
17 Moisés hizo salir al pueblo del campamento al encuentro de Dios, y se detuvieron al pie del monte.
18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehovah había descendido sobre él en medio de fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera.
19 Mientras el sonido de la corneta se intensificaba en extremo, Moisés hablaba, y Dios le respondía con truenos.
20 Jehovah descendió sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte. Entonces Jehovah llamó a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.
21 Jehovah dijo a Moisés: -Desciende y advierte al pueblo, no sea que traspasen el límite para ver a Jehovah y mueran muchos de ellos.
22 Santifíquense también los sacerdotes que se acercan a Jehovah, no sea que Jehovah acometa contra ellos.
23 Moisés dijo a Jehovah: -El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has ordenado diciendo: "Señala límites al monte y santifícalo."
24 Y Jehovah le dijo: -Vé, desciende y luego sube tú con Aarón. Pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a encontrarse con Jehovah, no sea que él acometa contra ellos.
25 Entonces Moisés descendió al encuentro del pueblo y se lo dijo.

CAPITULO 20
Los Diez Mandamientos

1 Y Dios habló todas estas palabras, diciendo:
2 "Yo soy Jehovah tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud:
3 "No tendrás otros dioses delante de mí.
4 "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5 No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy Jehovah tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen.
6 Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.
7 "No tomarás en vano el nombre de Jehovah tu Dios, porque Jehovah no dará por inocente al que tome su nombre en vano.
8 "Acuérdate del día del sábado para santificarlo.
9 Seis días trabajarás y harás toda tu obra,
10 pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu Dios. No harás en él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu animal, ni el forastero que está dentro de tus puertas.
11 Porque en seis días Jehovah hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día. Por eso Jehovah bendijo el día del sábado y lo santificó.
12 "Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la tierra que Jehovah tu Dios te da.
13 "No cometerás homicidio.
14 "No cometerás adulterio.
15 "No robarás.
16 "No darás falso testimonio contra tu prójimo.
17 "No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo."

El pueblo teme ante la voz de Dios

18
Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la corneta y el monte que humeaba. Al ver esto, ellos temblaron y se mantuvieron a distancia.
19 Y dijeron a Moisés: -Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.
20 Y Moisés respondió al pueblo: -No temáis, porque Dios ha venido para probaros, a fin de que que su temor esté delante de vosotros para que no pequéis.
21 Entonces el pueblo se mantuvo a distancia, y Moisés se acercó a la densa oscuridad donde estaba Dios.
22 Y Jehovah dijo a Moisés: "Así dirás a los hijos de Israel: ’Vosotros habéis visto que he hablado desde los cielos con vosotros.
23 No os hagáis dioses de plata junto a mí; tampoco os hagáis dioses de oro.’

Sobre la edificación de altares

24
"Harás para mí un altar de tierra, y sobre él sacrificarás tus holocaustos y ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas. En cualquier lugar donde yo haga recordar mi nombre vendré a ti y te bendeciré. 
25Y si me haces un altar de piedras, no lo construyas con piedras labradas; porque si alzas una herramienta sobre él, lo profanarás.
26 Tampoco subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea descubierta sobre él.

CAPITULO 21
Sobre los esclavos hebreos


1 "Estos son los decretos que expondrás ante ellos:
2 "Cuando compres un esclavo hebreo, seis años te servirá; pero al séptimo saldrá libre, gratuitamente.
3 Si entró solo, solo saldrá. Si tenía mujer, entonces su mujer saldrá con él.
4 Si su amo le ha dado mujer y ella le ha dado hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo; y él saldrá solo.
5Y si él insiste en decir: ’Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos; no quiero salir libre’,
6 entonces su amo lo acercará ante los jueces, lo acercará a la puerta o al poste de la puerta y le horadará la oreja con una lezna. Y le servirá para siempre.
7 "Cuando alguien venda a su hija como esclava, ésta no saldrá libre de la misma manera que suelen salir los esclavos varones.
8 Si ella no agrada a su señor, quien la había destinado para sí mismo, él ha de permitir que ella sea rescatada. No tendrá derecho de venderla a un pueblo extranjero, por haberla decepcionado.
9 Pero si la ha tomado para su hijo, hará con ella como se acostumbra hacer con las hijas.
10 Si él toma para sí otra mujer, a la primera no le disminuirá su alimento, ni su vestido, ni su derecho conyugal.
11 Si no le provee estas tres cosas, entonces ella saldrá libre gratuitamente, sin pagar dinero.

Ofensas, compensaciones y penas

12
"El que hiere a alguien causándole la muerte morirá irremisiblemente.
13 Pero si él no lo premeditó, sino que Dios permitió que cayera en sus manos, entonces yo te pondré el lugar al cual ha de huir.
14 Pero si alguno se acalora contra su prójimo y lo mata con alevosía, lo quitarás de mi altar para que muera.
15 "El que hiera a su padre o a su madre morirá irremisiblemente.
16 "El que secuestre a una persona, sea que la venda o que ésta sea encontrada en su poder, morirá irremisiblemente.
17 "El que maldiga a su padre o a su madre morirá irremisiblemente.
18 "Cuando algunos hombres peleen y uno hiera al otro con una piedra o con el puño, y éste no muera pero caiga en cama;
19 si se levanta y anda fuera apoyado en su bastón, entonces el que le hirió será absuelto. Solamente le compensará por el tiempo de inactividad, y se hará cargo de su curación.
20 "Cuando alguien golpee a su esclavo o a su esclava con un palo, y muera en sus manos, sin falta será castigado.
21 Pero si sobrevive uno o dos días, no será castigado, porque es propiedad suya.
22 "Cuando algunos hombres peleen y hieran a una mujer encinta y ésta aborte sin mayor daño, el culpable será multado de acuerdo con lo que le imponga el marido de la mujer y según lo que establezcan los jueces.
23 Pero si ocurre un daño mayor, entonces pagará vida por vida,
24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,
25 quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.
26 "Cuando alguien hiera el ojo de su esclavo o el ojo de su esclava y lo destruya, lo dejará ir libre en compensación por su ojo.
27 Si ocasiona la pérdida de un diente a su esclavo o un diente a su esclava, le dejará ir libre en compensación por su diente."

Muerte causada por animales

28
"Cuando un buey acornee a un hombre o a una mujer, y como consecuencia muera, el buey morirá apedreado, y no se comerá su carne; pero su dueño será absuelto.
29 Si el buey era corneador en el pasado y a su dueño se le había advertido, pero no lo había guardado, y mata a un hombre o a una mujer, el buey morirá apedreado; y también morirá el dueño.
30 Si le es impuesta una multa, entonces dará en rescate de su vida cuanto le sea impuesto.
31 Si ha acorneado a un hijo o a una hija, se hará con él conforme a este mismo decreto.
32 Si el buey acornea a un esclavo o a una esclava, el dueño del buey dará 30 siclos de plata al dueño del esclavo; y el buey morirá apedreado.

Muerte ocasionada a animales

33
"Cuando alguien deje abierta o cave una cisterna, y no la cubra, y allí caiga un buey o un asno,
34 el dueño de la cisterna pagará a su dueño su valor en dinero; y el animal muerto será suyo.
35 "Cuando el buey de alguien hiera al buey de su prójimo, y muera, entonces venderán el buey vivo y se repartirán el dinero. También se repartirán el buey muerto.
36 Pero si se sabía que el buey era corneador en el pasado y su dueño no lo había guardado, pagará buey por buey; y el buey muerto será suyo.

CAPITULO 22
Leyes acerca de la restitución

1 "Cuando alguien robe un buey o una oveja y lo degüelle o venda, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja, pagará cuatro ovejas.
2 Si un ladrón es hallado forzando una casa, y es herido y muere, no hay castigo.
3 Pero si sucede después de salido el sol, sí, hay castigo. Al ladrón le corresponde hacer restitución, y si no tiene con qué, será vendido por lo que ha robado.
4 Si lo robado es hallado vivo en su poder, sea buey, asno u oveja, pagará el doble.
5 "Cuando alguien deje pastar su ganado en un campo o una viña y permita que su ganado pase a otro campo, pagará con lo mejor de su propio campo y con lo mejor de su viña.
6 "Cuando un fuego se extienda y halle espinos, y sean destruidas las gavillas o la mies o un campo, el que prendió el fuego, sin falta pagará el daño del incendio.
7 "Cuando alguien dé a su prójimo plata u objetos para que los guarde, y éstos sean robados de la casa del hombre; si es hallado el ladrón, éste pagará el doble.
8 Pero si no es hallado el ladrón, entonces al señor de la casa se le hará comparecer ante los jueces para determinar si ha metido la mano en la propiedad de su prójimo.
9 "Sobre todo asunto de posesión ilegal, sea con respecto a buey, asno, oveja, vestido o cualquier propiedad perdida, si uno dice: ’Esto es mío’, la causa de ambos será llevada ante los jueces. Y aquel a quien los jueces declaren culpable pagará el doble a su prójimo.
10 "Cuando alguien entregue a su prójimo un asno, un buey, una oveja o cualquier otro animal para que lo guarde, y se muera o se lastime, o sea robado sin que nadie lo vea,
11 tendrá lugar entre ambos un juramento ante Jehovah, de que no ha metido la mano en la propiedad de su prójimo. El dueño aceptará su testimonio, y el otro no hará restitución.
12 Pero si efectivamente le ha sido robado, él hará restitución a su dueño.
13 Y si el animal fue despedazado, él llevará al dueño evidencia del animal despedazado; y no hará restitución.
14 "Cuando alguien pida prestado un animal a su prójimo y sea lesionado o muerto en ausencia de su dueño, hará completa restitución.
15 Pero si el dueño estuvo presente, no la hará. Si el animal era alquilado, los daños están incluidos en el alquiler.
16 "Cuando alguien seduzca a una mujer virgen no desposada y se acueste con ella, deberá pagar el precio matrimonial por ella y la tomará por mujer.
17 Pero si el padre de ella rehúsa dársela, a pesar de ello él pagará en dinero el precio matrimonial.

Leyes diversas

18
"No dejarás que vivan las brujas.
19 "Cualquiera que tiene cópula con un animal morirá irremisiblemente.
20 "El que ofrece sacrificio a un dios que no sea Jehovah, será anatema.
21 "No maltratarás ni oprimirás al extranjero, porque también vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto.
22 "No afligirás a ninguna viuda ni huérfano.
23 Porque si llegas a afligirle y él clama a mí, ciertamente oiré su clamor,
24 y mi furor se encenderá, y os mataré a espada; y vuestras mujeres quedarán viudas, y vuestros hijos huérfanos.
25 "Si das prestado dinero a algún pobre de mi pueblo que está contigo, no te portarás con él como usurero, ni le impondrás intereses.
26 Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás a la puesta del sol.
27 Porque eso es su única cubierta; eso es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿Con qué más ha de dormir? Cuando él clame a mí, yo le oiré; porque soy misericordioso.
28 "No maldecirás a los jueces, ni hablarás mal del gobernante de tu pueblo.
29 "No demorarás en presentar las primicias de tu cosecha ni de tu lagar. "Me darás el primogénito de tus hijos.
30 Lo mismo harás con el de tus vacas y el de tus ovejas. Siete días estará con su madre, y al octavo día me lo darás.
31 "Me seréis hombres santos. No comeréis la carne de un animal despedazado en el campo. A los perros se la echaréis.

 

 
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