Isaías 36-44

CAPITULO 36

1 Aconteció que en el año 14 del rey Ezequías subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó.
2 Después el rey de Asiria envió al Rabsaces, b [ b Es decir, el edecán del rey en asuntos militares] desde Laquis hasta Jerusalén, al rey Ezequías, con un poderoso ejército. El Rabsaces se detuvo junto al acueducto del estanque de arriba, que está en el camino del Campo del Lavador.
3 Luego salieron hacia él Eliaquim hijo de Hilquías, el administrador del palacio; Sebna, el escriba; y Jóaj hijo de Asaf, el cronista.
4 Entonces les dijo el Rabsaces:
-Decid a Ezequías que así ha dicho el gran rey, el rey de Asiria: "¿Qué confianza es esa en que confías?
5 Tú has dicho c [ c Según Rollos MM y varios otros mss.; comp. 2 Rey. 18:20; TM, Yo he dicho] tener plan y poderío para la guerra, pero sólo son palabras de labios. Pero ahora, ¿en quién confías para que te hayas rebelado contra mí?
6 He aquí que tú confías en Egipto, en ese bastón de caña cascada, que a cualquiera que se apoye sobre ella, le entrará por la mano y se la atravesará. Así es el faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él."
7 Pero si me dices: "Confiamos en Jehovah nuestro Dios", ¿no es éste aquel cuyos lugares altos y cuyos altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: "Delante de este altar adoraréis"?
8 »Ahora pues, comprométete con mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré 2.000 caballos, si acaso tú puedes proveer quienes cabalguen sobre ellos.
9 ¿Cómo podrás resistir d [ d Lit., hacer volver el rostro de] a un oficial de uno de los más insignificantes servidores de mi señor, confiando en Egipto por carros y jinetes?
10 Y ahora, ¿acaso he subido contra esta tierra para destruirla sin que haya intervenido Jehovah? Jehovah me ha dicho: "Sube a esa tierra y destrúyela."
11 Entonces Eliaquim, Sebna y Jóaj dijeron al Rabsaces:
-Por favor, habla a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos. No nos hables en hebreo, a oídos del pueblo que está sobre la muralla.
12 Pero el Rabsaces dijo:
-¿Acaso me ha enviado mi señor para decir estas palabras sólo a tu señor y a ti? ¿No les concierne también a los hombres que están sobre la muralla, quienes, como vosotros, han de comer sus propios excrementos y beber su propia orina?
13 Entonces el Rabsaces se puso de pie y gritó a gran voz en hebreo, diciendo:
-¡Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria!
14 Así ha dicho el rey: "No os engañe Ezequías, porque él no os podrá librar.
15 Tampoco os haga confiar Ezequías en Jehovah, diciendo: ’Ciertamente Jehovah nos librará, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.’ "
16 ¡No escuchéis a Ezequías! Porque así ha dicho el rey de Asiria: "Haced la paz conmigo y rendíos a mí. e [ e Lit., salid a mí] Y comerá cada uno de su vid y de su higuera, y beberá cada uno de las aguas de su pozo,
17 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas.
18 No os engañe Ezequías, diciendo: ’Jehovah nos librará.’ ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones libró su tierra de la mano del rey de Asiria?
19 ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim? ¿Acaso libraron éstos a Samaria de mi mano?
20 ¿Cuáles de entre todos los dioses de estas tierras libraron sus tierras de mi mano, para que Jehovah libre a Jerusalén de mi mano?"
21 Pero ellos callaron y no respondieron ni una palabra, porque había una orden del rey que decía: "No le respondáis."
22 Entonces Eliaquim hijo de Hilquías, el administrador del palacio; Sebna, el escriba; y Jóaj hijo de Asaf, el cronista, fueron a Ezequías con sus vestiduras rasgadas f [ f Es decir, en señal de suma tristeza] y le declararon las palabras del Rabsaces.
Isaías anuncia la liberación a [ a Ver 2 Rey. 19:1-7; comp. 2 Crón. 32:20] 

CAPITULO 37

1 Aconteció que cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestiduras, y cubierto de cilicio b [ b Es decir, en señal de suma tristeza] entró en la casa de Jehovah.
2 Luego envió, cubiertos de cilicio, a Eliaquim el administrador del palacio, a Sebna el escriba y a los ancianos c [ c Es decir, los jefes] de los sacerdotes a donde estaba el profeta Isaías hijo de Amoz.
3 Y le dijeron:
-Así ha dicho Ezequías: "Este día es día de angustia, de reprensión y de vergüenza; porque los hijos están a punto de nacer, pero no hay fuerzas para dar a luz.
4 Quizás Jehovah tu Dios habrá escuchado las palabras del Rabsaces, al cual ha enviado su señor, el rey de Asiria, para afrentar al Dios vivo; y le reprenderá a causa de las palabras que Jehovah tu Dios ha escuchado. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda."
5 Fueron, pues, a Isaías los servidores del rey Ezequías,
6 e Isaías les dijo:
-Así diréis a vuestro señor: "Así ha dicho Jehovah: ’No temas por las palabras que has oído, con las que me han injuriado los criados del rey de Asiria.
7 He aquí, yo pondré en él un espíritu, y oirá un rumor y se volverá a su tierra. Y haré que en su tierra caiga a espada.’ "
Ezequías y las cartas de Senaquerib d [ d Ver 2 Rey. 19:8-19; comp. 2 Crón. 32:17] 
8 Cuando el Rabsaces oyó que el rey de Asiria e [ e Es decir, Senaquerib] había partido de Laquis, regresó y halló al rey combatiendo contra Libna.
9 Luego el rey oyó hablar acerca de Tirhaca, rey de Etiopía: "He aquí que él ha salido para combatir contra ti."
Cuando lo oyó, envió mensajeros a Ezequías, diciendo:
10 "Así diréis a Ezequías, rey de Judá: ’No te engañe tu dios, en quien tú confías, al decirte que Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.
11 He aquí, tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todos los países, destruyéndolos por completo. ¿Y serás librado tú?
12 ¿Acaso los dioses de las naciones, que mis padres destruyeron, libraron a Gozán, a Harán, a Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar?
13 ¿Dónde están el rey de Hamat, el rey de Arfad y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Ivá?’ "
14 Entonces Ezequías tomó la carta f [ f Según LXX y Targum; TM, las cartas] de mano de los mensajeros, y la leyó. Luego Ezequías subió a la casa de Jehovah, y la extendió delante de Jehovah.
15 Y Ezequías oró a Jehovah diciendo:
16 "Oh Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, que tienes tu trono entre los querubines: Sólo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra; tú has hecho los cielos y la tierra.
17 Inclina, oh Jehovah, tu oído y escucha; abre, oh Jehovah, tus ojos y mira. Escucha todas las palabras que Senaquerib ha mandado decir para afrentar al Dios vivo.
18 Es verdad, oh Jehovah, que los reyes de Asiria han destruido todos los países y sus tierras,
19 y que han entregado al fuego sus dioses y los destruyeron; porque éstos no eran dioses, sino obra de manos de hombre, de madera y de piedra.
20 Ahora pues, oh Jehovah, Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan que sólo tú, oh Jehovah, eres Dios." g [ g Según Rollos MM; comp. 2 Rey. 19:19; TM, que sólo tú eres Jehovah] 
Juicio divino contra Senaquerib h [ h Ver 2 Rey. 19:20-37; 2 Crón. 32:21-23] 
21 Entonces Isaías hijo de Amoz mandó a decir a Ezequías: "Así ha dicho Jehovah Dios de Israel: ’Con respecto a lo que me has pedido en oración acerca de Senaquerib, rey de Asiria,
22 ésta es la palabra que Jehovah ha hablado acerca de él:
" ’La virgen hija de Sion te menosprecia; hace burla de ti. Mueve su cabeza a tus espaldas la hija de Jerusalén.
23 ¿A quién has afrentado e injuriado? ¿Contra quién has levantado la voz y alzado los ojos con altivez? ¡Contra el Santo de Israel!
24 " ’Por medio de tus siervos has afrentado al Señor y has dicho: Con la multitud de mis carros yo ascendí a las cumbres de los montes, a las regiones más remotas del Líbano. Corté sus más altos cedros y sus cipreses escogidos. Llegué hasta su cumbre, al bosque más exuberante.
25 Yo cavé y bebí aguas extranjeras, i [ i Según Rollos MM; comp. 2 Rey. 19:24; TM omite extranjeras.] y con las plantas de mis pies hice secar todas las corrientes de Egipto.
26 " ’¿Acaso no lo has oído? Hace mucho tiempo que lo determiné; desde los días de la antigüedad lo dispuse. Y ahora he hecho que suceda para hacer de las ciudades fortificadas montones de ruinas.
27 Y sus habitantes, sin poder hacer nada, j [ j Lit., habitantes, cortos de manos] son aterrorizados y avergonzados. Son como la planta del campo o el verdor del pasto, como la hierba de los terrados que es quemada k [ k Según Rollos MM y varios otros mss.; comp. 2 Rey. 19:26; TM, y bancales] antes de madurar.
28 " ’Yo conozco tu sentarte, tu salir y tu entrar, y también tu furor contra mí.
29 Porque te has enfurecido contra mí, y tu arrogancia ha subido a mis oídos, pondré mi gancho en tu nariz y mi freno en tus labios. Y te haré regresar por el camino por donde has venido.’
30 "Y esto te servirá de señal, oh Ezequías: l [ l Nombre suplido del v. 21] Este año comeréis de lo que brota de por sí, y el segundo año de lo que crezca de aquello. Pero en el tercer año sembrad y segad; plantad viñas y comed de su fruto.
31 Y los sobrevivientes de la casa de Judá, los que habrán quedado, volverán a echar raíces por debajo y a dar fruto por arriba.
32 Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sion los sobrevivientes. ¡El celo de Jehovah de los Ejércitos hará esto!
33 "Por tanto, así ha dicho Jehovah acerca del rey de Asiria: ’No entrará en esta ciudad; no tirará en ella ni una sola flecha. No vendrá frente a ella con escudo, ni construirá contra ella terraplén.
34 Por el camino por donde vino, por él se volverá; y no entrará en esta ciudad, dice Jehovah.
35 Pues defenderé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David.’ "
36 Entonces salió el ángel de Jehovah e hirió a 185.000 en el campamento de los asirios. Se levantaron por la mañana, y he aquí que todos ellos eran cadáveres.
37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó, y permaneció en Nínive.
38 Pero sucedió que mientras adoraba en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer lo mataron a espada y huyeron a la tierra de Ararat. Y su hijo Esarjadón reinó en su lugar.
Jehovah sana a Ezequías a [ a Ver 2 Rey. 20:1-11; 2 Crón. 32:24-30] 

CAPITULO 38

1 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Entonces el profeta Isaías hijo de Amoz fue a él y le dijo:
-Así ha dicho Jehovah: "Pon en orden tu casa, b [ b Otra trad., Da órdenes a tu familia] porque vas a morir y no vivirás."
2 Entonces Ezequías volvió su cara hacia la pared y oró a Jehovah,
3 diciendo:
-Oh Jehovah, acuérdate, por favor, de que he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y de que he hecho lo bueno ante tus ojos.
Ezequías lloró con gran llanto. 4 Entonces la palabra de Jehovah vino a Isaías, diciendo:
5 -Vé y di a Ezequías: "Así ha dicho Jehovah, Dios de tu padre David: ’He oído tu oración y he visto tus lágrimas. He aquí que yo añadiré quince años a tus días,
6 y libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria. Defenderé esta ciudad por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David.
c [ c Según Rollos MM; comp. 2 Rey. 20:6; TM omite por amor . . . David.]
7
Y esto te servirá de señal de parte de Jehovah, de que hará esto que ha dicho:
8 He aquí que yo haré retroceder diez gradas d [ d O: grados] la sombra que ha descendido hacia atrás a causa del sol, en la gradería e [ e Otra trads., los grados; o, el reloj] de Acaz.’ "
Y el sol regresó atrás diez gradas f [ f O: grados] sobre las gradas g [ g O: grados] por las cuales había descendido.

1 "¡Guardad silencio ante mí, oh costas; y renueven fuerzas las naciones! Acérquense y entonces hablen. Acerquémonos juntos para juicio.
2 ¿Quién despertó del oriente al que para justicia convocó ante sus pies? a [ a Otra trad., para victoria al que la victoria llama a sus pies] Entregará delante de él las naciones, de modo que tenga dominio sobre los reyes. Los convertirá en polvo con su espada; y con su arco, en paja arrebatada.
3 Los perseguirá y pasará en paz por una senda donde sus pies nunca habían caminado.
4 ¿Quién ha hecho y realizado esto, llamando a las generaciones desde el principio? Yo Jehovah soy el primero, y yo mismo estoy con los últimos."
5 Las costas han visto y temen. Los confines de la tierra tiemblan; se congregan y acuden.
6 Cada cual ayuda a su compañero y dice a su hermano: "¡Esfuérzate!"
7 El escultor anima al platero, y el que alisa con martillo dice al que golpea en el yunque, con respecto a la soldadura: "¡Está bien!" Luego lo b [ b Es decir, al ídolo que ha de socorrerles] afirma con clavos para que no se tambalee.
8 "Pero tú, oh Israel, eres mi siervo; tú, oh Jacob, a quien escogí, descendencia de Abraham mi amigo. c [ c O: amado]
9
Yo te tomé de los extremos de la tierra, y de sus regiones más remotas te llamé diciéndote: ’Tú eres mi siervo; yo te he escogido y no te he desechado.
10 No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia.’
11 He aquí que todos los que se enardecen contra ti serán avergonzados y afrentados; los que contienden contigo serán como nada, y perecerán.
12 Buscarás a los que contienden contigo, pero no los hallarás más. Aquellos que te hacen la guerra serán como nada, y como algo que no existe.
13 Porque yo, Jehovah, soy tu Dios que te toma fuertemente de tu mano derecha y te dice: ’No temas; yo te ayudo.’
14 No temas, gusanito de Jacob; vosotros, los poquitos d [ d Otras trads., los piojitos; o, las larvitas] de Israel. Yo soy tu socorro, e [ e Según Peshita y Targum; heb., yo te socorro] dice Jehovah, tu Redentor, el Santo de Israel.
15 He aquí que yo te he puesto como trillo, como rastrillo nuevo lleno de dientes. Trillarás los montes y los harás polvo; y a las colinas dejarás como tamo.
16 Los aventarás, y se los llevará el viento; el torbellino los esparcirá. Pero tú te regocijarás en Jehovah; te gloriarás en el Santo de Israel.
17 "Los pobres y los necesitados buscan agua, y no la hay; su lengua se reseca de sed. Pero yo, Jehovah, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
18 Sobre las cumbres áridas abriré ríos, y manantiales en medio de los valles. Convertiré el desierto en lagunas, y la tierra reseca en fuentes de agua.
19 Haré crecer en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos. Pondré en la región árida f [ f Otra trad., en el Arabá] cipreses, olmos y abetos,
g [ g Arbol parecido al pino]
20
para que vean y conozcan; para que juntos reflexionen y entiendan que la mano de Jehovah ha hecho esto, y que el Santo de Israel lo ha creado.

Salmo de Ezequías al ser sanado

9
Escrito de Ezequías, rey de Judá, después que enfermó y fue sanado de su enfermedad:
10 Yo dije: "En medio de mis días pasaré por las puertas del Seol; h [ h O sea, la morada de los muertos]  privado soy del resto de mis años."
11 Dije: "Ya no veré a Jehovah i [ i Según 2 mss. y vers. antiguas; TM, Jah, Jah]  en la tierra de los vivientes. Ya no contemplaré a ningún hombre
entre los habitantes del mundo.
12 Mi morada es removida y quitada de mí, cual una tienda de pastor. Como hace el tejedor, he enrollado mi vida; él corta la hebra de mi tejido. Desde el día hasta la noche
me doblegas por completo.
13 Mi clamor j [ j Según Targum; heb., de significado oscuro] dura hasta el amanecer; como un león, él tritura todos mis huesos. Desde el día hasta la noche
me doblegas por completo.
14 Chillo como la golondrina y la grulla; gimo como la paloma. Mis ojos lloran hacia lo alto: Oh Señor, k [ k Algunos mss. tienen Jehovah.] estoy oprimido;
intervén en mi favor."
15 ¿Qué, pues, diré? Porque él me ha hablado, y él mismo lo ha hecho. En la amargura de mi alma,
andaré con inquietud l [ l Comp. Job 7:4] todos mis años.
16 Oh Señor, para tales cosas se vive; y en todas ellas está la vida de mi espíritu.
¡Oh, fortaléceme y hazme vivir!
17 He aquí, fue por mi bien que tuve gran amargura, pero tú libraste m [ m Según LXX y Vulgata; heb., te ha placido] mi vida del hoyo de la destrucción, pues has echado tras tus espaldas
todos mis pecados.
18 Porque el Seol n [ n O sea, la morada de los muertos] no te agradecerá, ni la muerte te alabará.
Tampoco los que descienden a la fosa esperarán en tu fidelidad.
19 ¡El que vive, el que vive es el que te agradece, como yo lo hago ahora!
El padre da a conocer a los hijos tu fidelidad.
20 Jehovah ha prometido o [ o Según Targum; heb. omite ha prometido.] salvarme. Por tanto, tocaremos nuestras p [ p Según vers. antiguas; heb. mis]  melodías en la casa de Jehovah
todos los días de nuestra vida.
21 Pues Isaías había dicho: "Tomen una masa de higos, y extiéndanla sobre la llaga, y sanará."
22 Y Ezequías había dicho: "¿Qué señal tendré de que he de subir a la casa de Jehovah?"
Ezequías y la embajada de Babilonia a [ a Ver 2 Rey. 20:12-20; comp. 2 Crón. 32:31] 

CAPITULO 39
1 En aquel tiempo Merodac-baladán b [ b O: Marduc-baladán] hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un presente a Ezequías, porque había oído que había estado enfermo y que se había restablecido.
2 Ezequías se alegró por ellos y les mostró la casa de sus tesoros: la plata, el oro, los perfumes y los ungüentos finos, toda su armería y todo lo que había en sus depósitos. No hubo cosa que Ezequías no les mostrase, en su casa y en todos sus dominios.
3 Entonces el profeta Isaías fue al rey Ezequías y le preguntó:
-¿Qué dijeron aquellos hombres, y de dónde vinieron a ti? Ezequías respondió: -Han venido a mí de un país lejano, de Babilonia.
4 El preguntó: -¿Qué han visto en tu casa? Y Ezequías respondió:
-Han visto todo lo que hay en mi casa; nada hay en mis depósitos que no les haya mostrado. 
5 Entonces Isaías dijo a Ezequías:
-Escucha la palabra de Jehovah de los Ejércitos:
6 "He aquí, vienen días en que todo lo que hay en tu casa, lo que tus padres han atesorado hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada, ha dicho Jehovah.
7 Y de tus hijos que procederán de ti,
que tú habrás engendrado, tomarán para que sean eunucos c [ c Otra trad., funcionarios] en el palacio del rey de Babilonia." 
8 Ezequías dijo a Isaías: -La palabra de Jehovah que has hablado es buena. Porque pensó: "En mis días habrá paz y estabilidad."

CAPITULO 40
Las buenas nuevas de la redención

1 "¡Consolad, consolad a mi pueblo!", dice vuestro Dios.
2 "Hablad al corazón de Jerusalén y proclamadle que su condena ha terminado y su iniquidad ha sido perdonada, que de la mano de Jehovah ya ha recibido el doble por todos sus pecados."
3 Una voz proclama: "¡En el desierto preparad el camino de Jehovah; enderezad calzada en la soledad a [ a Otra trad., en el Arabá] para nuestro Dios!
4 ¡Todo valle será rellenado, y todo monte y colina rebajados! ¡Lo torcido será convertido en llanura, y lo escabroso en amplio valle!
5 Entonces se manifestará la gloria de Jehovah, y todo mortal b [ b Lit., toda carne] juntamente la verá; porque la boca de Jehovah ha hablado." 
6 Una voz decía: -¡Proclámalo! Y yo respondí: c [ c Según Rollos MM y vers. antiguas; TM, él respondió-¿Qué he de proclamar? -Que todo mortal d [ d Lit., toda carne] es hierba, y toda su gloria e [ e Según vers. antiguas; comp. 1 Ped. 1:24; heb., bondad] es como la flor del campo.
7 La hierba se seca, y la flor se marchita; porque el viento de Jehovah sopla sobre ella. Ciertamente el pueblo es hierba.
8 La hierba se seca, y la flor se marchita; pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.
9 »Sube sobre un monte alto, oh Sion, tú que anuncias buenas nuevas. Levanta con fuerza la voz, oh Jerusalén, tú que anuncias buenas nuevas. Levántala; no temas. Di a las ciudades de Judá: "¡He aquí vuestro Dios!"
10 He aquí que el Señor Jehovah vendrá con poder, y su brazo gobernará por él. He aquí que su retribución viene con él, y su obra delante de él.
11 Como un pastor, apacentará su rebaño; con su brazo lo reunirá. A los corderitos llevará en su seno, y conducirá con cuidado a las que todavía están criando.

La incomparable majestad de Jehovah 

12
¿Quién midió las aguas f [ f Rollos MM tienen aguas del mar.] en el hueco de su mano y calculó la extensión de los cielos con su palmo? ¿Quién contuvo en una medida g [ g Lit., un tercio, probablemente de un efa] el polvo de la tierra, y pesó los montes con báscula y las colinas en balanza?
13 ¿Quién ha escudriñado al Espíritu de Jehovah, y quién h [ h Según vers. antiguas; heb. omite y quién.] ha sido su consejero y le ha enseñado?
14 ¿A quién pidió consejo para que le hiciera entender, o le guió en el camino correcto, o le enseñó conocimiento, o le hizo conocer la senda del entendimiento? 
15 He aquí que las naciones son como una gota de agua que cae de un balde, y son estimados como una capa de polvo sobre la balanza. El pesa las islas como si fuesen polvo menudo.
16 El Líbano i [ i Región famosa por sus grandes bosques] no bastaría para el fuego, j [ j Lit., para arder] ni todos sus animales para un holocausto.
17 Todas las naciones son como nada delante de él; son consideradas por él como cosa vana, y como lo que no es.
18 ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios; o con qué imagen le compararéis? 
19 El escultor hace una imagen de fundición, y el platero la recubre con oro y le funde cadenas de plata.
20 El que es pobre para ofrecer tal ofrenda escoge una madera que no se pudra y se busca un escultor experto, para que le haga una imagen que no se tambalee. 
21 ¿Acaso no sabéis? ¿Acaso no habéis oído? ¿Acaso no se os ha dicho desde el principio? ¿Acaso no habéis comprendido k [ k Otra trad., comprendido desde] la fundación del mundo?
22 El es el que está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos habitantes le son como langostas. El despliega los cielos como un velo y los extiende como una tienda para habitar.
23 El convierte en nada a los poderosos, y a los gobernantes de la tierra hace como cosa vana.
24 Apenas plantados, apenas sembrados, apenas su tallo ha echado raíz en la tierra, él sopla sobre ellos; y se secan. El torbellino los levanta como a la paja. 
25 "¿A quién, pues, me haréis semejante, para que yo sea su igual?, dice el Santo.
26 Levantad en alto vuestros ojos y mirad quién ha creado estas cosas. l [ l Es decir, las estrellas] El saca y cuenta al ejército de ellas; a todas llama por su nombre. Por la grandeza de su vigor y el poder de su fuerza, ninguna faltará." 
27 ¿Por qué, pues, dices, oh Jacob; y hablas tú, oh Israel: "Mi camino le es oculto a Jehovah, y mi causa pasa inadvertida a mi Dios"? 28 ¿No lo has sabido? ¿No has oído que Jehovah es el Dios eterno que creó los confines de la tierra? No se cansa ni se fatiga, y su entendimiento es insondable. 29 Da fuerzas al cansado y le aumenta el poder al que no tiene vigor. 30 Aun los muchachos se fatigan y se cansan; los jóvenes tropiezan y caen. 31 Pero los que esperan en Jehovah renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.

CAPITULO 41
Jehovah reitera su promesa a Israel

Jehovah reta a naciones y dioses

21
"Presentad vuestra causa, dice Jehovah; exponed vuestros argumentos, dice el Rey de Jacob.
22 Que se acerquen y nos anuncien lo que ha de suceder. Declárennos las cosas que han sucedido desde el principio, y prestaremos atención. h [ h Lit., pondremos nuestro corazón] O hacednos oír de las cosas por venir, y sabremos su final.
23 "Decidnos lo que ha de venir después, para que sepamos que vosotros sois dioses. Por lo menos, haced el bien o el mal, para que nosotros tengamos miedo y también temamos.
24 He aquí que vosotros nada sois, y vuestras obras no existen; el que os escoja es una abominación.
25 "Del norte desperté a uno, y vendrá; desde el lugar donde nace el sol, él invocará mi nombre. Y pisoteará i [ i Según Targum; heb., él vendrá] a gobernantes como a lodo, como el alfarero pisa el barro.
26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que lo supiéramos? ¿Quién lo dijo de antemano, para que dijéramos: ’El tenía razón’? Ciertamente no hay quien lo diga, ni quien lo anuncie. Tampoco hay quien oiga vuestras palabras.
27 He aquí que yo fui el primero que declaré estas cosas a Sion, y a Jerusalén le daré un portador de buenas nuevas."
28 Miré, y no había ninguno. Entre ellos no había consejeros a quienes les preguntara para que me dieran respuesta.
29 He aquí que todos son iniquidad, y la obra de ellos nada es. Viento y vanidad son sus imágenes de fundición.

CAPITULO 42
Misión mundial del siervo de Jehovah

1 "He aquí mi siervo, a quien sostendré; mi escogido en quien se complace mi alma. Sobre él he puesto mi Espíritu, y él traerá justicia a las naciones.
2 No gritará ni alzará su voz, ni la hará oír en la calle.
3 No quebrará la caña cascada, a [ a Otra trad., debilitada] ni apagará la mecha que se está extinguiendo; según la verdad traerá justicia.
4 No se desalentará ni desfallecerá hasta que haya establecido la justicia en la tierra. Y las costas esperarán su ley."
5 Así dice Dios Jehovah, el que crea los cielos y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos, y el que da respiración al pueblo que está en ella y aliento a los que andan por ella:
6 "Yo, Jehovah, te he llamado en justicia, y te asiré de la mano. Te guardaré y te pondré como pacto para el pueblo, y como luz para las naciones,
7 a fin de que abras los ojos que están ciegos y saques de la cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en las tinieblas.
8 Yo, Jehovah; éste es mi nombre. No daré mi gloria a otros, ni mi alabanza a los ídolos.
9 He aquí, ya sucedieron las cosas primeras; ahora os anuncio las cosas nuevas. Antes que salgan a luz, b [ b Lit., antes que broten] yo os las anuncio."

Cántico de alabanza a Jehovah

10
Cantad a Jehovah un cántico nuevo,
su alabanza desde el extremo de la tierra, los que navegáis c [ c Lit., descendéis al] en el mar y su plenitud; las costas y sus habitantes.
11 Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las aldeas donde habita Quedar. Canten de júbilo los habitantes de Sela,
y griten desde la cumbre de los montes.
12 Den gloria a Jehovah;
proclamen en las costas su alabanza.
13 Jehovah saldrá como valiente, y como hombre de guerra despertará su celo. Gritará, ciertamente lanzará el grito; sobre sus enemigos prevalecerá.

Jehovah redime a su siervo Israel

14
"Por mucho tiempo he callado; he guardado silencio y me he contenido. Pero ahora gemiré como la que está de parto, jadeando y resoplando a la vez.
15 Devastaré montes y colinas, y haré secar toda su hierba. Los ríos convertiré en islotes, y haré secar las lagunas.
16 Conduciré a los ciegos por un camino que no han conocido, y por sendas que no han conocido les guiaré. Delante de ellos transformaré las tinieblas en luz, y los lugares escabrosos en llanuras. Estas cosas haré por ellos y no los desampararé.
17 Serán vueltos atrás y en extremo avergonzados los que confían en ídolos y dicen a las imágenes de fundición: ’Vosotros sois nuestros dioses.’
18 "¡Sordos, oíd; y ciegos, mirad para ver!
19 ¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, sino mi mensajero que he enviado? ¿Quién es ciego como el emisario, y ciego como el siervo de Jehovah?
20 Tú ves muchas cosas, pero no las guardas. Los oídos están abiertos, pero nadie escucha.
21 Sin embargo, Jehovah se ha complacido en hacer grande y gloriosa la ley, a causa de su justicia.’ "
22 Pero éste es un pueblo despojado y saqueado. Todos ellos han sido atrapados en hoyos y están escondidos en cárceles. Han sido objeto de despojo sin que haya quien los libre. Han sido objeto de saqueo sin que haya quien diga: "¡Restituidles!"
23 ¿Quién de entre vosotros oirá esto? ¿Quién atenderá y escuchará con respecto al porvenir?
24 ¿Quién entregó a Jacob al saqueador, y a Israel a los despojadores? ¿Acaso no fue Jehovah, contra quien hemos pecado? Ellos no quisieron andar en sus caminos, ni obedecieron su ley.
25 Por tanto, Dios derramó sobre él el furor de su ira y la violencia de la guerra. Le prendió fuego en derredor; sin embargo, no entendió. Lo incendió, pero él no lo tuvo en cuenta.

CAPITULO 43

1 Pero ahora, así ha dicho Jehovah, el que te creó, oh Jacob; el que te formó, oh Israel: "No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío.
2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, no te quemarás; ni la llama te abrasará.
3 Porque yo soy Jehovah tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. A Egipto he entregado por tu rescate; a Etiopía y a Seba he dado por ti.
4 Puesto que ante mis ojos tú eres de gran estima, y eres honorable, y yo te amo, daré hombres por ti, y pueblos por tu vida.
5 "No temas, porque yo estoy contigo. Del oriente traeré a tus descendientes, y del occidente te recogeré.
6 Diré al norte: ’¡Entrégamelos!’ Y al sur: ’¡No los retengas!’ Trae de lejos a mis hijos, y a mis hijas de los confines de la tierra.
7 A cada uno que es llamado según mi nombre y a quien he creado para mi gloria, yo lo formé. Ciertamente yo lo hice.

Misión de Israel como testigo

8
"Haz salir a un pueblo que es ciego, aunque tiene ojos, y que es sordo, aunque tiene oídos.
9 Congréguense a una todas las naciones, y reúnanse todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos anuncie esto y que nos haga oír las cosas antiguas? Que se presenten sus testigos, y que se justifiquen; que escuchen, y digan: ’Es verdad.’
10 "Vosotros sois mis testigos, dice Jehovah; mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y me creáis, a fin de que entendáis que Yo Soy. a [ a Comp. Exo. 3:14; Juan 8:58] Antes de mí no fue formado ningún dios, ni lo será después de mí.
11 Yo, yo Jehovah; fuera de mí no hay quien salve.
12 Yo anuncié y salvé; yo proclamé, y no algún dios b [ b Heb. omite dios.] extraño entre vosotros. Vosotros sois mis testigos, y yo soy Dios, dice Jehovah.
13 Aun antes que hubiera día, Yo Soy, c [ c Comp. Exo. 3:14; Juan 8:58] y no hay quien pueda librar de mi mano. Lo que hago, ¿quién lo deshará?"

Jehovah libra a Israel de Babilonia

14
Así dice Jehovah, vuestro Redentor, el Santo de Israel: "Por vuestra causa enviaré a Babilonia, y haré descender a todos como fugitivos; y aun a los caldeos en sus naves de placer. d [ d Otra trad., Babilonia, y he abierto todos los cerrojos. En cuanto a los caldeos, su regocijo se ha convertido en lamentos.]
15
Yo soy Jehovah, el Santo vuestro, el Creador de Israel, vuestro Rey."
16 Así ha dicho Jehovah -el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas;
17 el que saca al carro y al caballo e [ e Alusión a su uso militar] y al ejército junto con su poderío, y yacen para no levantarse jamás; son extinguidos y apagados como una mecha-:
18 "No os acordéis de las cosas pasadas; ni consideréis las cosas antiguas.
19 He aquí que yo hago una cosa nueva; pronto surgirá. ¿No la conoceréis? Otra vez os haré un camino en el desierto, y ríos en el sequedal.
20 Los animales del campo me honrarán; también los chacales y las avestruces. Porque daré aguas en el desierto y ríos en el sequedal para dar de beber a mi pueblo escogido.
21 Este es el pueblo que yo he formado para mí; ellos proclamarán mi alabanza.

Jehovah justifica por su gracia

22
"Sin embargo, no me invocaste, oh Jacob; sino que te cansaste de mí, oh Israel.
23 No me trajiste corderos como tus holocaustos, ni me honraste con tus sacrificios. No te hice servir con ofrendas, ni te fatigué con incienso.
24 No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con el sebo de tus sacrificios. Más bien, me abrumaste con tus pecados; me fatigaste con tus iniquidades.
25 "Yo soy, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí, y no me acordaré más de tus pecados.
26 Házmelo recordar; entremos juntos a juicio. Habla tú para justificarte.
27 Tu primer padre pecó, y tus mediadores también han transgredido contra mí.
28 Por tanto, yo profané a los principales del santuario, y entregué a Jacob como anatema, f [ f O sea, algo separado, a veces por consagración, pero aquí por condenación] y como oprobio a Israel.

CAPITULO 44

1 "Y ahora escucha, oh Jacob, siervo mío; y tú, oh Israel, a quien yo escogí.
2 Así ha dicho Jehovah, tu Hacedor, el que te formó desde el vientre y el que te ayudará: No temas, oh siervo mío Jacob; y tú, oh Jesurún, a [ a Otro nombre para Jacob; significa recto; comp. Deut. 32:15; 33:5, 26.] a quien yo escogí.
3 Porque yo derramaré aguas sobre el suelo sediento, y torrentes sobre la tierra seca. Derramaré mi Espíritu sobre tus descendientes, b [ b Comp. Joel 2:28; Hech. 2:18] y mi bendición sobre tus vástagos.
4 Brotarán como c [ c Según Rollos MM y otros mss.; comp. LXX y Targum; TM omite como.] entre la hierba, como los sauces junto a las corrientes de las aguas.
5 Este dirá: ’Yo soy de Jehovah’, ése será llamado por el nombre de Jacob, y aquél escribirá sobre su mano: ’De Jehovah’, y será llamado con el nombre de Israel."
6 Así ha dicho Jehovah, Rey de Israel, y su Redentor, Jehovah de los Ejércitos: "Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios.
7 ¿Quién es como yo? ¡Que lo proclame! Que declare y relate delante de mí las cosas que han sucedido desde que establecí al pueblo antiguo, y declaren las cosas por venir. Sí, ¡declárenlas!
8 "No temáis, ni tengáis miedo. ¿No te lo hice oír y te lo dije desde antaño? Y vosotros sois mis testigos. ¿Hay Dios aparte de mí? No, no hay otra Roca; no conozco ninguna."

Jehovah y la vanidad de la idolatría

9
Los que dan forma a las imágenes talladas, todos son sólo vanidad; lo más precioso de ellos no sirve para nada. Y en cuanto a sus testigos, ellos mismos no ven ni conocen, para su propia vergüenza.
10 ¿Quién forma un dios o funde una imagen que para nada aprovecha?
11 He aquí que todos sus compañeros serán avergonzados, porque los mismos escultores sólo son hombres. Que se reúnan todos y se pongan de pie; que teman y sean avergonzados a una.
12 El herrero toma una herramienta y trabaja sobre las brasas. Le da forma con el martillo y trabaja con la fuerza de su brazo. Luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y desfallece.
13 El carpintero tiende la regla, hace el trazo con un marcador, labra con la gubia, traza con el compás y le da forma de hombre y de belleza humana, para colocarlo en una casa.
14 Corta cedros para sí; escoge una conífera o un roble y lo deja crecer entre los árboles del bosque. Planta un pino, y la lluvia lo hace crecer.
15 Luego se sirve de ellos para hacer fuego. Toma uno y con él se calienta; prende fuego y cuece pan. Hace, además, un dios, y lo adora; hace un ídolo y se postra ante él.
16 Quema parte del leño en el fuego y sobre él prepara carne asada, come y se sacia. Luego se calienta y dice: "¡Ah! Me caliento mientras contemplo el fuego."
17 Después, lo que sobra lo transforma en la imagen tallada de un dios. Se postra ante él y lo adora, y le ruega diciendo: "¡Líbrame, porque tú eres mi dios!"
18 No conocen ni entienden; porque sus ojos están tapados para no ver; también su corazón, para no comprender.
19 Nadie reflexiona; nadie tiene conocimiento ni entendimiento para decir: "Parte de esto quemé en el fuego y sobre sus brasas cocí pan, asé carne y comí. ¿He de convertir en una abominación d [ d Es decir, un ídolo] lo que sobra de él? ¿Me he de postrar ante un tronco de árbol?"
20 Se alimenta de ceniza; su corazón engañado le desvía. No libra su alma e [ e O: a sí mismo] ni dice: "¿Acaso no es una mentira lo que tengo en mi mano derecha?"
21 "Acuérdate de estas cosas, oh Jacob; y tú, oh Israel, porque eres mi siervo. Yo te formé; tú eres mi siervo. Oh Israel, no me olvides. 22 He borrado como niebla tus rebeliones, y como nube tus pecados. Vuelve a mí, porque yo te he redimido."
23 Cantad loores, oh cielos, porque Jehovah lo ha hecho. Gritad con júbilo, oh profundidades de la tierra. Prorrumpid en cántico, oh montañas, el bosque y todos sus árboles. Porque Jehovah ha redimido a Jacob y será glorificado en Israel.

Ciro es movido a restaurar Jerusalén

24
Así ha dicho Jehovah, tu Redentor; el que te formó desde el vientre: "Yo, Jehovah, hago todas las cosas. Yo solo despliego los cielos y extiendo la tierra, sin la ayuda de nadie. f [ f Lit., ¿y quién conmigo?]
25
Soy quien deshace las señales de los adivinos y enloquece a los magos. Soy quien hace volver atrás a los sabios y convierte en necedad su erudición.
26 Soy quien confirma la palabra de su siervo y cumple el plan de sus mensajeros. Soy quien dice a Jerusalén: ’Serás habitada’; y a las ciudades de Judá: ’Seréis reedificadas; yo levantaré sus ruinas.’
27 Soy quien dice a las profundidades del mar: ’¡Séquense!’ y ’Yo secaré tus ríos.’
28 Soy quien dice de Ciro: g [ g Comp. Esd. 1:1-4] ’El es mi pastor.’ El cumplirá todo mi deseo al decir de Jerusalén: ’Sea edificada’, y del templo: ’Sean puestos tus cimientos.’

 

 
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