Génesis 25-34

CAPITULO 25
Otros descendientes de Abraham

1 Abraham tomó otra mujer cuyo nombre era Quetura.
2 Ella le dio a luz a Zimrán, a Jocsán, a Medán, a Madián, a Isbac y a Súaj.
3 Jocsán engendró a Seba y a Dedán. Los hijos de Dedán fueron los asureos, los letusitas y los leumitas.
4 Los hijos de Madián fueron: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Eldaa. Todos éstos fueron hijos de Quetura.
5 Abraham dio a Isaac todo lo que tenía,
6 pero a los hijos de sus concubinas les dio obsequios. Y mientras él vivía, los apartó de su hijo Isaac, enviándolos al este, a la tierra del oriente.

Abraham es sepultado en Macpela

7
Los años de la vida de Abraham fueron 175.
8 Y falleció Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue reunido a su pueblo.
9 Sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela, en el campo que perteneciera a Efrón hijo de Zojar el heteo, que está frente a Mamre, 
10 campo que Abraham había comprado a los hijos de Het. Allí fue sepultado Abraham con Sara su mujer.
11 Sucedió después de la muerte de Abraham, que Dios bendijo a su hijo Isaac. Y habitaba Isaac junto al pozo de Beer-lajai-roí.

Descendientes de Ismael

12
Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, que le dio a luz Agar la egipcia, sierva de Sara.
13 Estos son los nombres de los hijos de Ismael, por sus nombres, según sus descendientes: El primogénito de Ismael fue Nebayot. Después nacieron Quedar, Adbeel, Mibsam,
14 Misma, Duma, Masá,
15 Hadad, Tema, Jetur, Nafis y Quedema.
16 Estos fueron los hijos de Ismael y sus nombres según sus aldeas y campamentos: doce jefes según sus naciones.
17 Los años de la vida de Ismael fueron 137, y falleció y fue reunido a su pueblo.
18 Y sus descendientes habitaron desde Havila hasta Shur, que está frente a Egipto, en dirección de Asur. Se estableció, pues, frente a todos sus hermanos.

Nacimiento de Esaú y de Jacob

19
Esta es la historia de Isaac hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac.
20 Isaac tenía 40 años cuando tomó por mujer a Rebeca hija de Betuel el arameo, de Padan-aram, y hermana de Labán el arameo.
21 Isaac rogó a Jehovah por su mujer, que era estéril. Jehovah accedió a su ruego, y Rebeca su mujer concibió.
22 Como los hijos se empujaban dentro de ella, dijo: -Si es así, ¿para qué he de vivir? Ella fue a consultar a Jehovah,
23 y Jehovah le dijo: -Dos naciones hay en tu vientre, y dos pueblos que estarán separados desde tus entrañas. Un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.
24 Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, he aquí que había mellizos en su vientre.
25 Y salió el primero, rojizo y todo velludo como una túnica de pieles, y llamaron su nombre Esaú. 
26 Después salió su hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y llamaron su nombre Jacob. Isaac tenía 60 años de edad cuando ella los dio a luz.

Jacob compra la primogenitura de Esaú

27
Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser experto en la caza, hombre del campo. Jacob, por su lado, era hombre tranquilo y solía permanecer en las tiendas.
28 Isaac prefería a Esaú, porque comía de su caza; pero Rebeca prefería a Jacob.
29 Cierto día Jacob preparó un guisado. Y cuando Esaú volvía del campo, cansado,
30 dijo a Jacob: -Por favor, invítame a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por eso fue llamado su nombre Edom.
31 Y Jacob respondió: -Véndeme primero tu primogenitura.
32 Entonces Esaú dijo: -He aquí que yo me voy a morir; ¿de qué, pues, me servirá la primogenitura?
33 Dijo Jacob: -¡Júramelo ahora! El se lo juró y vendió a Jacob su primogenitura.
34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas. El Comió y Bebió, y Levantándose, se fue. Así Menospreció Esaú la primogenitura.

CAPITULO 26
Jehovah confirma su pacto a Isaac

1 Hubo hambre en el país, además de la primera que hubo en los días de Abraham. E Isaac se dirigió a Abimelec, rey de los filisteos, en Gerar.
2 Y se le apareció Jehovah y le dijo: -No desciendas a Egipto. Habita en la tierra que yo te diré.
3 Reside en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tus descendientes os daré todas estas tierras. Así cumpliré el juramento que hice a tu padre Abraham.
4 Yo multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras. Y en tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra,
5 porque Abraham obedeció mi voz y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis instrucciones.

Problemas de Isaac con Abimelec

6
Habitó, pues, Isaac en Gerar.
7 Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer. El respondió: -Es mi hermana. Tuvo miedo de decir: "Es mi mujer", pues pensó: "No sea que los hombres del lugar me maten a causa de Rebeca." Porque ella era hermosa.
8 Sucedió después de estar allí muchos días, que Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana y vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer.
9 Entonces Abimelec llamó a Isaac y le dijo: -¡He aquí, de veras ella es tu mujer! ¿Por qué, pues, dijiste: "Es mi hermana"? Isaac le respondió: -Es que pensé que quizás moriría a causa de ella.
10 Abimelec le dijo: -¿Por qué nos has hecho esto? Por poco pudiera haber dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros culpabilidad.
11 Entonces Abimelec dio órdenes a todo el pueblo diciendo: -El que toque a este hombre o a su mujer, morirá irremisiblemente.

Isaac prospera en Gerar

12
Isaac sembró en aquella tierra, y aquel año obtuvo ciento por uno. Jehovah lo bendijo,
13 y el hombre se enriqueció y continuó enriqueciéndose hasta llegar a ser muy rico.
14 Tenía rebaños de ovejas, hatos de vacas y abundancia de siervos, de modo que los filisteos le tenían envidia.
15 Los filisteos cegaron y llenaron de tierra todos los pozos que habían abierto los siervos de su padre Abraham, en sus días.
16 Entonces Abimelec dijo a Isaac: -Aléjate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros.
17 Isaac se fue de allí, asentó sus tiendas junto al arroyo de Gerar y habitó allí.
18 Isaac volvió a abrir los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham. Y él los llamó con los mismos nombres con que su padre los había llamado.
19 Después los siervos de Isaac cavaron en el valle y descubrieron un pozo de aguas vivas.
20 Y los pastores de Gerar contendieron con los pastores de Isaac, diciendo: -El agua es nuestra. Por eso llamó al pozo Esec, porque allí riñeron con él.
21 Abrieron otro pozo, y también contendieron por él. Y llamó su nombre Sitna.
22 Se alejó de allí y abrió otro pozo, y no contendieron por él. El llamó su nombre Rejobot diciendo: -Porque ahora Jehovah nos ha hecho ensanchar, y seremos fecundos en la tierra.

Alianza de Isaac y Abimelec

23
De allí fue a Beerseba.
24 Y aquella noche se le apareció Jehovah y le dijo: -Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo estoy contigo. Yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por amor de mi siervo Abraham.
25 El edificó allí un altar, invocó el nombre de Jehovah e instaló allí su tienda. También allí los siervos de Isaac excavaron un pozo.
26 Entonces fue a él Abimelec, desde Gerar, acompañado por Ajuzat, amigo suyo, y Ficol, jefe de su ejército. 
27 E Isaac les dijo: -¿Por qué venís a mí, vosotros que me habéis aborrecido y me habéis echado de en medio de vosotros?
28 Ellos respondieron:-Claramente hemos visto que Jehovah está contigo y dijimos: "Por favor, haya un juramento solemne entre nosotros, entre tú y nosotros." Hagamos una alianza contigo
29 de que no nos harás daño, como nosotros no te hemos tocado y como sólo te hemos hecho bien y te despedimos en paz. Tú eres ahora bendito de Jehovah.
30 Entonces él les hizo un banquete, y comieron y bebieron.
31 Después se levantaron temprano, e hicieron juramento el uno al otro. Luego Isaac los despidió, y ellos se alejaron de él en paz. 
32 Aconteció que aquel mismo día vinieron los siervos de Isaac y le dieron noticias acerca del pozo que habían excavado. Y le dijeron: -¡Hemos hallado agua! 
33 El lo llamó Seba. Por esta razón el nombre de la ciudad es Beerseba hasta el día de hoy. 
34 Cuando Esaú tenía 40 años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri el heteo, y a Basemat hija de Elón el heteo.
35 Estas fueron amargura de espíritu para Isaac y Rebeca.


CAPITULO 27
Jacob usurpa la bendición de Esaú 

1 Aconteció que cuando Isaac había envejecido, sus ojos se debilitaron, y no podía ver. Entonces llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: -Hijo mío. El respondió: -Heme aquí.
2 Le dijo: -He aquí, yo ya soy viejo y no sé el día de mi muerte.
3 Toma, pues, ahora tu equipo, tu aljaba y tu arco, y vé al campo a cazar algo para mí.
4 Luego hazme un potaje como a mí me gusta. Tráemelo para que coma, y yo te bendiga antes que muera.
5 Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú. Cuando Esaú fue al campo para cazar lo que había de traer,
6 Rebeca habló a su hijo Jacob diciendo: -He aquí, he oído a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú, diciendo:
7 "Caza para mí y hazme un potaje para que coma y te bendiga en presencia de Jehovah, antes de mi muerte."
8 Ahora pues, hijo mío, obedéceme en lo que te mando:
9 Vé al rebaño y tráeme de allí dos buenos cabritos; y yo haré con ellos un potaje para tu padre, como a él le gusta.
10 Tú se lo llevarás a tu padre; y comerá, para que te bendiga antes de su muerte.
11 Jacob dijo a Rebeca su madre: -He aquí que Esaú mi hermano es hombre velludo, y yo soy lampiño.
12 Quizás me palpe mi padre y me tenga por un farsante, y traiga sobre mí una maldición en vez de una bendición.
13 Su madre le respondió: -Hijo mío, sobre mí recaiga tu maldición. Tú solamente obedéceme; vé y tráemelos.
14 Entonces él fue, tomó los cabritos y se los trajo a su madre. Y ella hizo un potaje como le gustaba a su padre.
15 Luego Rebeca tomó la ropa más preciada de Esaú, su hijo mayor, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo menor.
16 Y puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre el cuello, donde no tenía vello. 
17 Luego puso el potaje y el pan, que había preparado, en las manos de Jacob su hijo.
18 Y él fue a su padre y le dijo: -Padre mío. El respondió: -Heme aquí. ¿Quién eres, hijo mío?
19 Jacob respondió a su padre: -Yo soy Esaú, tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Por favor, levántate, siéntate y come de mi caza, para que tú me bendigas.
20 Entonces Isaac preguntó a su hijo: -¿Cómo es que pudiste hallarla tan pronto, hijo mío? El respondió: -Porque Jehovah tu Dios hizo que se encontrase delante de mí. 
21 E Isaac dijo a Jacob: -Por favor, acércate y te palparé, hijo mío, a ver si tú eres mi hijo Esaú, o no.
22 Jacob se acercó a su padre Isaac, quien le palpó y dijo: -La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.
23 No lo pudo reconocer, porque sus manos parecían tan velludas como las manos de su hermano Esaú, y lo bendijo.
24 Le preguntó: -¿Eres tú realmente mi hijo Esaú? El respondió: -Sí, yo soy.
25 Le dijo: -Acércamela; comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga. Jacob se la acercó, e Isaac comió. Le trajo también vino, y bebió. 
26 Entonces le dijo su padre Isaac: -Acércate, por favor, y bésame, hijo mío.
27 El se acercó y lo besó. Y al percibir Isaac el olor de su ropa, lo bendijo diciendo: -He aquí, el olor de mi hijo es como el olor del campo que Jehovah ha bendecido.
28 Dios te dé del rocío del cielo y de lo más preciado de la tierra: trigo y vino en abundancia.
29 Que los pueblos te sirvan, y las naciones se postren ante ti. Sé señor de tus hermanos, y póstrense ante ti los hijos de tu madre. Sean malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan.
30 Y sucedió luego que Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y cuando apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, que su hermano Esaú llegó de cazar. 
31 El también hizo un potaje, lo llevó a su padre y le dijo: -Levántate, padre mío, y come de la caza de tu hijo, para que tú me bendigas.
32 Entonces su padre Isaac le preguntó: -¿Quién eres tú? El respondió. -Yo soy Esaú, tu hijo primogénito.
33 Isaac se estremeció fuertemente y dijo: -¿Quién, pues, es el que vino aquí, que cazó y me trajo de comer, y yo comí de todo antes de que tú vinieses? ¡Yo lo bendije, y será bendito!34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, profirió un grito fuerte y muy amargo. Y dijo a su padre: -¡Bendíceme también a mí, padre mío!
35 El dijo: -Tu hermano vino con engaño y se llevó tu bendición.
36 El respondió: -¿No es cierto que llamaron su nombre Jacob? Pues ya me ha suplantado estas dos veces: Se llevó mi primogenitura, y he aquí que ahora también se ha llevado mi bendición. -Y añadió-: ¿No te queda una bendición para mí?
37 Isaac respondió y dijo a Esaú: -He aquí, yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado como siervos a todos sus hermanos. Le he provisto de trigo y de vino. ¿Qué, pues, haré por ti, hijo mío?
38 Esaú dijo a su padre: -¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y Esaú alzó su voz y lloró.
39 Entonces respondió Isaac su padre y le dijo: -He aquí, será favorecido el lugar que habites con los más preciados productos de la tierra y con el rocío del cielo arriba.
40 De tu espada vivirás y a tu hermano servirás. Pero sucederá que cuando adquieras dominio, romperás su yugo de sobre tu cuello.

Esaú planea matar a Jacob

41
Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que le había bendecido su padre, y dijo en su corazón: "Se acercan los días de duelo por mi padre; entonces yo mataré a mi hermano Jacob." 
42 Fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú, su hijo mayor. Ella envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: -He aquí que Esaú tu hermano planea vengarse de ti, matándote.
43 Ahora pues, hijo mío, obedéceme: Levántate y huye a mi hermano Labán, en Harán.
44 Pasa con él algún tiempo, hasta que el enojo de tu hermano se aplaque,
45 hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti y se olvide de lo que le has hecho. Entonces yo mandaré a traerte de allá. ¿Por qué habré de ser privada de vosotros dos en un solo día?

Jacob huye a Padan-aram 

46
Rebeca dijo a Isaac: -Estoy hastiada de vivir por causa de las mujeres heteas: Si Jacob toma esposa de entre las mujeres heteas, de las mujeres de esta tierra, como éstas, ¿para qué quiero la vida?

CAPITULO 28

1 Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le mandó diciendo: -No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán.
2 Levántate, vé a Padan-aram, a la casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.
3 Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique hasta que llegues a ser multitud de pueblos.
4 Que él te dé la bendición de Abraham, lo mismo que a tu descendencia, para que poseas la tierra en que habitas, la cual Dios ha dado a Abraham.
5 Así envió Isaac a Jacob, quien fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú. 
6 Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y que le había enviado a Padan-aram para tomar allí mujer para sí. Vio también que cuando lo bendijo, le mandó diciendo: "No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán",
7 Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.
8 Asimismo, vio Esaú que las mujeres de Canaán le parecían mal a Isaac su padre.
 9 Entonces él también se fue a Ismael y tomó para sí por mujer a Majalat hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nebayot, además de las otras mujeres que tenía.

Jehovah confirma su pacto a Jacob 

10
Jacob partió de Beerseba y se fue hacia Harán.
11 Y llegó a cierto lugar y pasó allí la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó una de las piedras de aquel lugar, la puso como cabecera y se acostó en aquel lugar.
12 Entonces soñó, y he aquí una escalera puesta en la tierra, cuya parte superior alcanzaba el cielo. He aquí que los ángeles de Dios subían y descendían por ella.
13 Y he aquí que Jehovah estaba en lo alto de ella y dijo: -Yo soy Jehovah, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
14 Tus descendientes serán como el polvo de la tierra. Te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur, y en ti y en tu descendencia serán benditas todas las familias de la tierra.
15 He aquí que yo estoy contigo; yo te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra. No te abandonaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
16 Jacob despertó de su sueño y dijo: -¡Ciertamente Jehovah está presente en este lugar, y yo no lo sabía!
17 El tuvo miedo y dijo: -¡Cuán temible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios y puerta del cielo.
18 Jacob se levantó muy de mañana, tomó la piedra que había puesto como cabecera, la puso como memorial y derramó aceite sobre ella.
19 Y llamó el nombre de aquel lugar Betel, aunque el nombre antiguo de la ciudad era Luz. 
20 Jacob también hizo un voto diciendo: -Si Dios está conmigo y me guarda en este viaje que realizo, si me da pan para comer y vestido para vestir,
21 y yo vuelvo en paz a la casa de mi padre, Jehovah será mi Dios.
22 Esta piedra que he puesto como memorial será una casa de Dios, y de todo lo que me des, sin falta apartaré el diezmo para ti.

CAPITULO 29
Encuentro de Jacob con Raquel
 

1 Jacob emprendió su camino y llegó a la tierra de los orientales.
2 Entonces vio un pozo en el campo, y he aquí que tres rebaños de ovejas estaban recostados cerca del mismo, porque de aquel pozo daban de beber a los rebaños. Había una gran piedra sobre la boca del pozo.
3 Y cuando eran reunidos allí todos los rebaños, los pastores removían la piedra que estaba sobre la boca del pozo y daban de beber a los rebaños. Luego volvían a colocar la piedra en su lugar sobre la boca del pozo.
4 Entonces Jacob dijo a los pastores: -Hermanos míos, ¿de dónde sois vosotros? Ellos le respondieron: -Somos de Harán.
5 El les preguntó: -¿Conocéis a Labán hijo de Nacor? Ellos le respondieron: -Sí, lo conocemos.
6 El les dijo: -¿Está bien? Ellos le respondieron: -Está bien. Y he aquí que su hija Raquel viene con el rebaño.
7 El dijo: -He aquí que todavía es temprano; todavía no es tiempo de reunir todo el rebaño. Dad de beber a las ovejas e id a apacentarlas.
8 Ellos le respondieron: -No podemos, hasta que se reúnan todos los rebaños y sea removida la piedra de encima de la boca del pozo, para que demos de beber a las ovejas.
9 Estando él aún hablando con ellos, llegó Raquel con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora.
10 Y sucedió que al ver Jacob a Raquel hija de Labán, hermano de su madre, y al rebaño de Labán, hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra que estaba sobre la boca del pozo y dio de beber al rebaño de Labán, hermano de su madre. 
11 Jacob besó a Raquel, y alzando su voz lloró.
12 Jacob dijo a Raquel que él era pariente de su padre y que era hijo de Rebeca. Y ella corrió y dio las noticias a su padre.
13 En cuanto Labán oyó las noticias sobre Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa. El contó a Labán todas estas cosas,
14 y Labán le dijo: -¡Ciertamente eres hueso mío y carne mía! Y permaneció con él durante un mes entero.

Jacob se casa con Lea y con Raquel 

15
Entonces dijo Labán a Jacob: -¿Por ser mi sobrino, me has de servir de balde? Declárame cuál será tu salario.
16 Labán tenía dos hijas: El nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel.
17 Los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel tenía una bella figura y un hermoso semblante. 
18 Y Jacob, que se había enamorado de Raquel, dijo: -Yo trabajaré para ti siete años por Raquel, tu hija menor.
19 Labán respondió: -Mejor es que te la dé a ti que dársela a otro hombre. Quédate conmigo.
20 Así trabajó Jacob por Raquel siete años, los cuales le parecieron como unos pocos días, porque la amaba.
21 Entonces Jacob dijo a Labán: -Entrégame mi mujer para que conviva con ella, porque mi plazo se ha cumplido.
22 Entonces Labán reunió a todos los hombres de aquel lugar e hizo un banquete.
23 Y sucedió que en la noche tomó a su hija Lea y se la trajo, y él se unió a ella.
24 (Labán dio su sierva Zilpa a su hija Lea, como sierva.)
25 Y al llegar la mañana, ¡he aquí que era Lea! Entonces él dijo a Labán: -¿Por qué me has hecho esto? ¿No he trabajado para ti por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?
26 Y Labán respondió: -No se acostumbra en nuestro lugar dar la menor antes que la mayor.
27 Cumple la semana de ésta, y después se te dará también la otra por el trabajo que harás para mí durante otros siete años.
28 Jacob lo hizo así; y después de cumplir esa semana, Labán le dio también a su hija Raquel por mujer.
29 (Labán dio su sierva Bilha a su hija Raquel, como sierva.)
30 Jacob se unió también a Raquel, y la amó más que a Lea. Y trabajó para Labán otros siete años.

Nacimiento de los hijos de Jacob 

31
Viendo Jehovah que Lea era menospreciada, le concedió hijos. Pero Raquel era estéril. 
32 Lea concibió y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, pues dijo: "Porque Jehovah ha visto mi aflicción, ciertamente ahora me amará mi marido." 
33 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: "Porque Jehovah ha oído que yo era menospreciada, me ha dado también éste." Y llamó su nombre Simeón. 
34 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: "Ahora esta vez mi marido se sentirá ligado a mí, porque le he dado tres hijos." Por eso llamó su nombre Leví. 
35 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: "Esta vez alabaré a Jehovah." Por eso llamó su nombre Judá. Y dejó de dar a luz.

CAPITULO 30

1 Viendo Raquel que ella no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y decía a Jacob: -¡Dame hijos; o si no, me muero!
2 Entonces se encendió la ira de Jacob contra Raquel, y le dijo: -¿Estoy yo en lugar de Dios, que te privó del fruto de tu vientre?
3 Ella le dijo: -He aquí mi sierva Bilha. Unete a ella, y que dé a luz sobre mis rodillas, para que así yo también tenga hijos por medio de ella.
4 Le dio a Bilha su sierva por mujer, y Jacob se unió a ella.
5 Y Bilha concibió y le dio a luz un hijo a Jacob.
6 Entonces Raquel dijo: "Dios me ha hecho justicia; también ha escuchado mi voz y me ha dado un hijo." Por eso llamó su nombre Dan. 
7 Concibió otra vez Bilha, sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob.
8 Raquel dijo: "¡Grandes conflictos he tenido con mi hermana, y de veras he vencido!" Y llamó su nombre Neftalí. 
9 Viendo Lea que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva y se la dio a Jacob por mujer.
10 Zilpa, sierva de Lea, le dio a luz un hijo a Jacob.
11 Y Lea dijo: "¡Qué afortunada!" Y llamó su nombre Gad. 
12 Zilpa, sierva de Lea, dio a luz un segundo hijo a Jacob.
13 Y dijo Lea: "¡Qué felicidad la mía! Ahora las mujeres me llamarán feliz." Y llamó su nombre Aser. 
14 Rubén fue al campo en el tiempo de la siega del trigo, halló mandrágoras y se las llevó a Lea su madre. Y Raquel dijo a Lea: -Por favor, dame algunas de las mandrágoras de tu hijo.
15 Ella respondió: -¿Te parece poco que hayas tomado a mi marido para que te quieras tomar también las mandrágoras de mi hijo? Y Raquel dijo: -Entonces que duerma contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo.
16 Cuando Jacob volvía del campo al atardecer, Lea salió a su encuentro y le dijo: -¡Haz de unirte a mí, porque ciertamente yo te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo! El durmió con ella aquella noche.
17 Y Dios escuchó a Lea, y ella concibió y dio a luz un quinto hijo a Jacob.
18 Y Lea dijo: "Dios me ha dado mi recompensa, porque di mi sierva a mi marido." Y llamó su nombre Isacar.
19 Lea concibió otra vez y dio a luz un sexto hijo a Jacob.
20 Y dijo Lea: "Dios me ha dado un buen regalo. Ahora me honrará mi marido, porque le he dado seis hijos." Y llamó su nombre Zabulón.
21 Después dio a luz una hija y llamó su nombre Dina. 
22 Entonces se acordó Dios de Raquel. La escuchó y le dio hijos.
23 Ella concibió y dio a luz un hijo, y dijo: "Dios ha quitado mi afrenta."
24 Y llamó su nombre José, diciendo: "¡Jehovah me añada otro hijo!"

Jacob prospera a expensas de Labán

25
Y aconteció que cuando Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán:
-Déjame ir a mi lugar, a mi tierra.
26 Dame mis mujeres y mis hijos por quienes he trabajado para ti, y déjame ir. Tú conoces el trabajo que yo he realizado para ti.
27 Labán le respondió: -Por favor, si he hallado gracia ante tus ojos . . . He visto que Jehovah me ha bendecido por tu causa.
28 - Y añadió-: Señálame tu salario, y yo te lo pagaré.
29 El respondió: -Tú sabes cómo he trabajado para ti y cómo ha estado tu ganado conmigo.
30 Pues poco tenías antes de que yo viniera, y ha crecido abundantemente. Jehovah te ha bendecido con mi llegada. Ahora, ¿cuándo he de trabajar yo también por mi propia casa?
31 El le preguntó: -¿Qué te daré? Jacob respondió: -No me des nada. Pero si haces para mí lo siguiente, volveré a apacentar y a cuidar tus ovejas:
32 Yo pasaré hoy en medio de todo tu rebaño, poniendo aparte toda oveja pintada o salpicada de diversos colores y todo cordero de color oscuro; y de entre las cabras las salpicadas de diversos colores y las pintadas. Eso será mi salario.
33 Así será constatada mi honradez en el futuro, cuando tomes en cuenta mi salario: Toda cabra que no sea pintada o salpicada y toda oveja que no sea de color oscuro, que esté conmigo, será considerada como robada.
34 Labán dijo: -¡Bien! Que sea como tú dices.
35 Aquel día Labán apartó los machos cabríos listados o pintados, todas las cabras pintadas o salpicadas de diversos colores, todo lo que tenía en sí algo de blanco y todos los corderos de color oscuro; y los entregó en manos de sus hijos.
36 Estableció una distancia de unos tres días de camino entre sí y Jacob, pero Jacob debía apacentar las otras ovejas de Labán. 
37 Entonces Jacob tomó varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo la parte blanca de las varas. 
38 Después puso las varas que había descortezado frente a las ovejas, en las pilas de los abrevaderos de agua donde iban a beber las ovejas, porque éstas se apareaban allí cuando iban a beber.
39 Las ovejas se apareaban delante de las varas, y después parían corderos listados, pintados y salpicados de diversos colores.
40 Entonces Jacob apartaba los corderos y dirigía la vista del rebaño hacia lo listado y a todos los que en el rebaño de Labán eran de color oscuro. Así hizo para sí un rebaño propio, y no los ponía con el rebaño de Labán.
41 Y sucedía que cada vez que se apareaban los animales robustos, Jacob ponía las varas delante de ellos, en las pilas, para que se aparearan mirando las varas.
42 Pero cuando venían los animales débiles, no ponía las varas. De este modo, los débiles eran para Labán, y los robustos para Jacob.
43 Así prosperó muchísimo el hombre; y tuvo muchas ovejas, siervas, siervos, camellos y asnos.

CAPITULO 31
Jacob parte secretamente para Canaán
 

1 Jacob escuchó las palabras de los hijos de Labán, que decían: "Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre; de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza."
2 Observaba también Jacob la mirada de Labán, y he aquí que ya no era para con él como antes.
3 Entonces Jehovah dijo a Jacob: -Vuelve a la tierra de tus padres, a tu parentela, y yo estaré contigo.
4 Jacob mandó llamar a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas,
5 y les dijo:
-Veo que la mirada de vuestro padre ya no es para conmigo como era antes. Pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.
6 Vosotras sabéis que he trabajado para vuestro padre con todas mis fuerzas,
7 y que vuestro padre me ha engañado y que ha cambiado mi salario diez veces. Pero Dios no le ha permitido que me hiciera daño.
8 Si él decía: "Los pintados serán tu salario", entonces todas las ovejas parían pintados. Y si decía: "Los listados serán tu salario", entonces todas las ovejas parían listados.
9 Así Dios quitó el ganado de vuestro padre y me lo dio a mí.
10 Y sucedió que en el tiempo en que se apareaban las ovejas, alcé mis ojos y vi en sueños que los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y jaspeados.
11 Entonces el ángel de Jehovah me dijo en sueños: "Jacob." Yo dije: "Heme aquí."
12 Y él dijo: "Por favor, alza tus ojos y mira cómo todos los machos que cubren a las ovejas son listados, pintados y jaspeados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.
13 Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste la piedra y me hiciste un voto. Levántate, sal de esta tierra y vuelve a la tierra de tu nacimiento." 
14 Raquel y Lea le respondieron diciendo: -¿Acaso tenemos todavía parte o heredad en la casa de nuestro padre?
15 ¿No nos considera él ya como extrañas, puesto que nos vendió y se ha comido del todo nuestro precio?
16 Toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.
17 Entonces Jacob se levantó e hizo subir a sus mujeres y a sus hijos sobre los camellos.
18 Luego condujo todo su ganado y todas las posesiones que había adquirido, el ganado de su propiedad que había adquirido en Padan-aram, para ir a su padre Isaac en la tierra de Canaán.
19 Labán se había ido a esquilar sus ovejas, y Raquel hurtó los ídolos de su padre.
20 Además Jacob engañó a Labán el arameo al no decirle que se iba.

Labán persigue y alcanza a Jacob 

21
Huyó, pues, Jacob con todo lo que tenía. Y levantándose cruzó el Río y se dirigió a la región montañosa de Galaad.
22 Al tercer día le informaron a Labán que Jacob había huido.
23 Entonces tomó consigo a sus parientes y fue tras él en el camino, por siete días, y lo alcanzó en la región montañosa de Galaad.
24 Pero aquella noche Dios vino en sueños a Labán el arameo, y le dijo: "Ten cuidado, no sea que hables a Jacob bruscamente." 
25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob, quien había instalado su tienda en el monte. Y Labán también instaló sus tiendas en el monte Galaad.

Jacob y Labán se reconcilian 

26
Entonces Labán dijo a Jacob: -¿Qué has hecho? ¡Me has engañado al traer a mis hijas como cautivas de guerra!
27 ¿Por qué has huido a escondidas, engañándome, sin avisarme? Yo te habría despedido con alegría y cantares, con tamborín y con arpa.
28 Ni siquiera me has dado la oportunidad de besar a mis hijos y a mis hijas. Ahora pues, has actuado locamente.
29 Yo tengo poder para haceros mal, pero el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: "Ten cuidado, no sea que hables a Jacob bruscamente."
30 Y ya que te ibas definitivamente porque tenías tanta nostalgia por la casa de tu padre, ¿por qué me has robado mis dioses?
31 Jacob respondió a Labán y dijo: -Yo tuve miedo, pensando que quizás me arrebatarías a tus hijas.
32 La persona en cuyo poder halles tus dioses, que muera. Reconoce en presencia de nuestros parientes lo que yo tenga que sea tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que era Raquel quien los había robado.
33 Entró, pues, Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en las tiendas de las dos siervas, y no los halló. Saliendo de la tienda de Lea, fue a la tienda de Raquel.
34 Pero Raquel había tomado los ídolos, los había puesto en la montura de un camello y se había sentado encima de ellos. Labán, pues, rebuscó toda la tienda y no los halló.
35 Entonces ella dijo a su padre: -No se enoje mi señor porque no pueda levantarme delante de ti, pues estoy con la regla de las mujeres. Buscó, pues, los ídolos, pero no los encontró.
36 Entonces Jacob se enojó y recriminó a Labán; respondió Jacob y dijo a Labán: -¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado para que me hayas perseguido con tanto ardor?
37 Ya que has rebuscado todas mis cosas, ¿qué has hallado de todas las cosas de tu casa? Ponlo aquí delante de mis parientes y de los tuyos, para que ellos juzguen entre nosotros dos.
38 Estos veinte años que he estado contigo nunca han abortado tus ovejas ni tus cabras; ni yo comí ningún carnero de tu rebaño.
39 Jamás te traje los restos del animal despedazado; yo pagaba el daño. Lo robado, tanto de día como de noche, tú lo reclamabas de mi mano.
40 De día me consumía el calor, y de noche la helada; hasta el sueño huía de mis ojos.
41 Así he pasado veinte años en tu casa: catorce años trabajé por tus dos hijas y seis por tu ganado; y tú has cambiado mi salario diez veces.
42 Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el Temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me dejarías ir ahora sin nada. Pero Dios ha visto mi aflicción y el duro trabajo de mis manos; por eso te reprendió anoche.
43 Labán respondió y dijo a Jacob: -Las hijas son mis hijas, los hijos son mis hijos y las ovejas son mis ovejas. ¡Todo lo que tú ves es mío! ¿Qué puedo hacer hoy a estas hijas mías o a sus hijos que ellas han dado a luz?
44 Ven, pues, ahora, hagamos un pacto entre tú y yo, y sirva de testimonio entre tú y yo.
45 Entonces Jacob tomó una piedra y la erigió como memorial.
46 Y Jacob dijo a sus parientes: -Recoged piedras. Ellos tomaron piedras e hicieron un montón, y comieron allí junto al montón.
47 Labán lo llamó Yegar-sahaduta; y Jacob lo llamó Galed.
48 Y Labán dijo: -Este montón es hoy testigo entre tú y yo. Por eso llamó su nombre Galed
49 o Mizpa, pues dijo: -Vigile Jehovah entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro.
50 Si tú maltratas a mis hijas, o si tomas otras mujeres además de mis hijas, aunque nadie esté con nosotros, recuerda que Dios es testigo entre tú y yo.
51 -Además, Labán dijo a Jacob-: He aquí este montón, y he aquí el memorial que he levantado entre tú y yo.
52 Testigo sea este montón, y testigo sea el memorial, que ni yo pasaré de este montón hacia ti, ni tú pasarás de este montón y de este memorial hacia mí, para mal.
53 El Dios de Abraham, Dios de Nacor y Dios de sus padres juzgue entre nosotros. Jacob juró por el Temor de Isaac, su padre.
54 Entonces Jacob ofreció un sacrificio en el monte y llamó a sus parientes a comer. Ellos comieron y pasaron aquella noche en el monte.
55 Y levantándose muy de mañana, Labán besó a sus hijos y a sus hijas, y los bendijo. Luego partió Labán y regresó a su lugar.

CAPITULO 32
Jacob teme el reencuentro con Esaú
 

1 Jacob continuó su camino, y le salieron al encuentro unos ángeles de Dios.
2 Cuando los vio, Jacob dijo: -¡Este es un campamento de Dios! Y llamó el nombre de aquel lugar Majanaim.
3 Después Jacob envió mensajeros delante de sí a su hermano Esaú, a la tierra de Seír, en los campos de Edom.
4 Y les mandó diciendo: -Así diréis a mi señor Esaú: "Así dice tu siervo Jacob: ’He residido con Labán, con quien he permanecido hasta ahora.
5 Tengo vacas, asnos, ovejas, siervos y siervas; y envío a decírselo a mi señor, para hallar gracia ante sus ojos.
6 Los mensajeros volvieron a Jacob, y dijeron: -Fuimos a tu hermano Esaú. El también viene a recibirte acompañado de 400 hombres.
7 Entonces Jacob tuvo mucho temor y se angustió. Luego dividió en dos campamentos la gente que tenía consigo, así como las ovejas, las vacas y los camellos,
8 pues dijo: "Si Esaú viene contra un campamento y lo ataca, el otro campamento podrá escapar."
9 Luego dijo Jacob: -Dios de mi padre Abraham, Dios de mi padre Isaac, oh Jehovah, que me dijiste: "Vuelve a tu tierra y a tu parentela, y yo te prosperaré",
10 yo no soy digno de todas las misericordias y de toda la fidelidad con que has actuado para con tu siervo. Con sólo mi cayado pasé este Jordán, y ahora tengo dos campamentos.
11 Líbrame, por favor, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo. No sea que venga y me mate a la madre junto con los hijos.
12 Tú has dicho: "Yo te prosperaré y haré que tu descendencia sea como la arena del mar, que por ser tan numerosa no se puede contar."

Jacob envía presentes a Esaú  

13
Jacob pasó allí aquella noche, y tomó de lo que tenía a mano un presente para su hermano Esaú:
14 200 cabras y 20 machos cabríos, 200 ovejas y 20 carneros,
15 30 camellas que estaban dando de mamar y sus crías, 40 vacas y 10 toros, 20 asnas y 10 borriquillos.
16 Entregó cada rebaño a sus siervos por separado, y les dijo: -Id delante de mí guardando cierta distancia entre rebaño y rebaño.
17 Mandó al primero diciendo: -Cuando Esaú mi hermano te encuentre y te pregunte diciendo: "¿De quién eres tú? ¿Y adónde vas? ¿De quién es eso que llevas delante de ti?",
18 le dirás: "De tu siervo Jacob; es un presente que envía a mi señor Esaú. Y he aquí que él también viene detrás de nosotros."
19 Mandó también al segundo, al tercero, y a todos los que iban detrás de los rebaños, diciendo: -Así hablaréis a Esaú cuando lo encontréis.
20 También le diréis: "He aquí que tu siervo Jacob viene detrás de nosotros." Pues pensó: "Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, para que después pueda yo verle; quizás él me acepte."
21 Jacob hizo pasar el presente delante de sí, y él se quedó a pasar aquella noche en el campamento.
22 Pero levantándose aquella noche, tomó a sus dos mujeres, a sus dos siervas y a sus once hijos, y pasó el vado del Jaboc.
23 Los tomó y los hizo cruzar el río junto con todo lo que tenía.

Jacob y el ángel en Peniel 

24
Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta que rayaba el alba.
25 Como vio que no podía con Jacob, le tocó en el encaje de la cadera, y el encaje de la cadera se le dislocó mientras luchaba con él.
26 Entonces el hombre le dijo: -¡Déjame ir, porque ya raya el alba! Y le respondió: -No te dejaré, si no me bendices.
27 El le dijo: -¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: -Jacob.
28 El le dijo: -No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has contendido con Dios y con los hombres, y has prevalecido. 
29 Entonces Jacob le preguntó diciendo: -Dime, por favor, ¿cuál es tu nombre? Y él respondió: -¿Por qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.
30 Jacob llamó el nombre de aquel lugar Peniel, diciendo: "Porque vi a Dios cara a cara y salí con vida." 31 El sol salió cuando él había partido de Peniel, y cojeaba de su cadera.
32 Por eso los hijos de Israel no comen hasta el día de hoy el tendón del muslo, que está en el encaje de la cadera, porque tocó a Jacob en el encaje de la cadera, en el tendón del muslo.

CAPITULO 33
Reencuentro de Jacob y Esaú
 

1 Alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí que Esaú venía con los 400 hombres. Entonces él repartió sus hijos entre Lea, Raquel y sus dos siervas.
2 Puso a las siervas y a sus hijos delante, después a Lea y a sus hijos, y al final a Raquel y a José.
3 El mismo pasó delante de ellos y se postró en tierra siete veces, hasta que se acercó a su hermano. 
4 Esaú corrió a su encuentro, le abrazó, se echó sobre su cuello y le besó. Y lloraron.
5 Alzó sus ojos, vio a las mujeres y a los niños y preguntó: -¿Quiénes son éstos para ti? Y él respondió: -Son los hijos que Dios, en su gracia, ha dado a tu siervo.
6 Entonces se acercaron las siervas y sus hijos, y se postraron.
7 También se acercaron Lea y sus hijos, y se postraron. Finalmente se acercaron José y Raquel, y se postraron. 
8 Entonces Esaú le preguntó: -¿Cuál es el propósito de todos esos grupos que he encontrado? Y él respondió: -Hallar gracia ante los ojos de mi señor.
9 Esaú le dijo: -Yo tengo suficiente, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.
10 Y Jacob respondió: -No, por favor. Si he hallado gracia ante tus ojos, toma mi presente de mis manos, pues el ver tu cara ha sido como si hubiera visto el rostro de Dios, y me has mostrado tu favor.
11 Acepta, pues, mi presente que te ha sido traído, pues Dios me ha favorecido, porque tengo de todo. El insistió, y Esaú lo aceptó.
12 Luego éste dijo: -¡Vamos, partamos! Yo te acompañaré.
13 Jacob le dijo: -Mi señor sabe que los niños son tiernos y que tengo a mi cuidado ovejas y vacas que están criando. Si se los fatiga, en un día morirá todo el rebaño.
14 Por favor, pase mi señor delante de su siervo. Yo avanzaré como convenga, al paso del ganado que va delante de mí y al paso de los niños, hasta que alcance a mi señor, en Seír. 
15 Esaú dijo: -Permite que deje contigo algunos de los hombres que están conmigo. Y él dijo: -¿Para qué esto? Sólo que halle yo gracia ante los ojos de mi señor.
16 Aquel día regresó Esaú por su camino a Seír.

Jacob llega a Siquem

17
Entonces Jacob se dirigió a Sucot y edificó allí una casa para sí. Hizo también cabañas para su ganado, por eso llamó el nombre de aquel lugar Sucot. 
18 Al volver de Padan-aram, Jacob llegó en paz a la ciudad de Siquem, en la tierra de Canaán, y acampó frente a la ciudad.
19 Y la parte del campo donde instaló su tienda compró de manos de los hijos de Hamor, el padre de Siquem, por la suma de 100 piezas de dinero.
20 Allí levantó un altar y llamó su nombre El-Elohei-Israel.

CAPITULO 34
Siquem viola a Dina
 

1 Entonces Dina, la hija que Lea había dado a luz a Jacob, salió para ver a las jóvenes del lugar.
2 Y la vio Siquem, el hijo de Hamor el heveo, príncipe de aquella tierra. El la tomó, se acostó con ella y la violó.
3 Pero se sintió ligado a Dina hija de Jacob; se enamoró de la joven y habló al corazón de ella.
4 Y Siquem habló con Hamor su padre, diciendo: -Tómame a esta joven por mujer.

Los hermanos de Dina toman venganza

5
Cuando Jacob oyó que Siquem había mancillado a Dina, su hija, sus hijos estaban en el campo con su ganado. Por ello Jacob calló hasta que ellos regresaran.
6 Entonces Hamor, padre de Siquem, fue para hablar con Jacob. 
7 Cuando los hijos de Jacob lo supieron, regresaron del campo. Los hombres se indignaron y se enfurecieron mucho, porque él había cometido una vileza en Israel, acostándose con la hija de Jacob, cosa que no se debía haber hecho. 
8 Hamor habló con ellos y les dijo: -Mi hijo Siquem se siente atraído por vuestra hija. Os ruego que se la deis por mujer.
9 Por favor, emparentad con nosotros. Dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras.
10 Habitad con nosotros; la tierra está delante de vosotros. Habitad en ella, negociad y estableceos en ella.
11 También Siquem dijo al padre y a los hermanos de ella: -Halle yo gracia ante vuestros ojos, y os daré lo que me pidáis.
12 Aumentad a cuenta mía el precio matrimonial y muchos regalos. Yo os daré cuánto me pidáis, pero dadme la joven por mujer.
13 Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, hablando con engaño, porque Siquem había violado a Dina, la hermana de ellos.
14 Les dijeron: -No podemos hacer eso de dar nuestra hermana a un hombre incircunciso, porque entre nosotros eso es una abominación.
15 Sólo con esta condición accederemos: que seáis como nosotros, al circuncidarse todos vuestros varones.
16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras. Habitaremos con vosotros y seremos un solo pueblo.
17 Pero si no nos hacéis caso en circuncidaros, tomaremos a nuestra hermana y nos iremos.
18 Sus palabras parecieron bien a Hamor y a su hijo Siquem.
19 No tardó el joven en hacerlo, porque la hija de Jacob le había gustado. Además, él era el más distinguido de toda la casa de su padre.
20 Entonces Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de la ciudad y hablaron a los hombres de la ciudad, diciendo: 
21 -Estos hombres son pacíficos para con nosotros. Que habiten ellos en la tierra y que negocien en ella, pues he aquí la tierra es amplia para ellos también. Nosotros tomaremos sus hijas por mujeres y les daremos nuestras hijas.
22 Pero con esta condición accederán estos hombres para habitar con nosotros, de modo que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón de entre nosotros, así como ellos son circuncidados.
23 Sus rebaños, sus posesiones y todo su ganado, ¿no serán así nuestros? Sólo accedamos a su condición, y ellos habitarán con nosotros. 
24 Todos los que salían por las puertas de la ciudad hicieron caso a Hamor y a su hijo Siquem. Circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por las puertas de la ciudad.
25 Pero sucedió que al tercer día, cuando ellos aún sentían dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, fueron contra la ciudad que estaba desprevenida y mataron a todo varón.
26 También mataron a filo de espada a Hamor y a su hijo Siquem, y tomando a Dina de la casa de Siquem, se fueron.
27 Y los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque habían mancillado a su hermana.
28 Tomaron sus ovejas, sus vacas, sus asnos, lo que había en la ciudad y lo que había en el campo.
29 Llevaron cautivos a todos sus niños y a sus mujeres, y saquearon todos sus bienes y todo lo que había en las casas.
30 Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: -Me habéis arruinado, haciendo que yo sea odioso entre los habitantes de esta tierra, entre los cananeos y los ferezeos. Teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí, me herirán y me destruirán a mí y a mi casa.
31 Y ellos respondieron: -¿Había de tratar él a nuestra hermana como a una prostituta?

 

 
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