2ª Crónicas 14-24

CAPITULO 24

1
Abías reposó con sus padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David. Y su hijo Asa reinó en su lugar, en cuyos días la tierra tuvo tranquilidad durante diez años.

Asa, rey de Judá 

2
Asa hizo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehovah su Dios.
3 Quitó los altares de culto extraño y los lugares altos, rompió las piedras rituales y quebró los árboles rituales de Asera.
4 Mandó a los de Judá que buscaran a Jehovah, Dios de sus padres, y que pusieran por obra la ley y los mandamientos.
5 Quitó los lugares altos y los altares de incienso de todas las ciudades de Judá.
El reino estuvo en calma bajo él,
6 y edificó ciudades fortificadas en Judá, porque había tranquilidad en la tierra. En aquellos años no había guerra contra él, porque Jehovah le había dado reposo.
7 Por tanto, dijo a Judá: "Edifiquemos estas ciudades y rodeémoslas de murallas, torres, puertas y cerrojos, mientras la tierra esté ante nosotros, porque hemos buscado a Jehovah nuestro Dios. Le hemos buscado, y él nos ha dado reposo por todas partes." Entonces edificaron y fueron prosperados. 
8 Asa tuvo un ejército de 300.000 de Judá, que llevaba escudos grandes y lanzas; también tuvo 280.000 de Benjamín, quienes llevaban escudos pequeños y disparaban con el arco. Todos eran hombres valientes. 
9 Zéraj el etíope salió contra ellos con un ejército de 1.000.000 de hombres y 300 carros, y llegó hasta Maresa. 
10 Asa salió contra él, y dispusieron la batalla en el valle de Sefata, junto a Maresa.
11 Asa invocó a Jehovah su Dios, diciendo: "¡Oh Jehovah, no hay otro como tú para ayudar tanto al poderoso como al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehovah, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esta multitud. ¡Oh Jehovah, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre!" 
12 Entonces Jehovah desbarató a los etíopes delante de Asa y de Judá, y los etíopes huyeron.
13 Asa y la gente que estaba con él los persiguieron hasta Gerar. Cayeron tantos de los etíopes que no quedaron sobrevivientes de ellos, porque fueron destrozados delante de Jehovah y de su ejército, y les tomaron un gran botín.
14 Atacaron también todas las ciudades de los alrededores de Gerar, porque el terror de Jehovah había caído sobre éstas. Saquearon todas las ciudades, porque en ellas había mucho botín.
15 Asimismo, cayeron sobre las tiendas de los que tenían ganado, y se llevaron muchas ovejas y camellos. Luego volvieron a Jerusalén.

CAPITULO 15

1 Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Azarías hijo de Oded,
2 quien salió al encuentro de Asa y le dijo: "Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehovah estará con vosotros cuando vosotros estéis con él. Si le buscáis, él se dejará hallar; pero si le abandonáis, él os abandonará.
3 Por mucho tiempo ha estado Israel sin el Dios verdadero, sin sacerdote que les enseñase, y sin ley.
4 Pero cuando en su tribulación se volvieron a Jehovah Dios de Israel y le buscaron, él se dejó hallar por ellos.
5 En aquellos tiempos no había paz ni para el que salía, ni para el que entraba, porque había muchas aflicciones sobre todos los habitantes de los países. 6 Una nación era destruida por otra nación, y una ciudad por otra ciudad, porque Dios los turbaba con toda clase de calamidades.
7 Pero vosotros, esforzaos; no desfallezcan vuestras manos, porque vuestra obra tiene recompensa." 
8 Cuando Asa oyó estas palabras y la profecía del profeta Oded, tomó ánimo y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín, así como de las ciudades que él había tomado en la región montañosa de Efraín. También reparó el altar de Jehovah que estaba delante del pórtico de la casa de Jehovah.
9 Después reunió a todo Judá y Benjamín, y a los que residían con ellos de Efraín, Manasés y Simeón; pues muchos de Israel se habían pasado a él, al ver que Jehovah su Dios estaba con él. 
10 Se reunieron, pues, en Jerusalén en el mes tercero del año 15 del reinado de Asa.
11 Aquel día ofrecieron como sacrificio a Jehovah, del botín que habían traído, 700 vacas y 7.000 ovejas.
12 Luego hicieron un pacto prometiendo que buscarían a Jehovah, Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma;
13 y que todo el que no buscase a Jehovah Dios de Israel muriese, fuera grande o pequeño, hombre o mujer.
14 Y lo juraron a Jehovah en voz alta y con júbilo, al son de trompetas y de cornetas.
15 Todos los de Judá se alegraron por dicho juramento, porque juraron con todo su corazón. Así buscaron a Jehovah con toda su voluntad, y él se dejó hallar por ellos. Y Jehovah les dio reposo por todas partes. 
16 También depuso a Maaca, madre del rey Asa, de ser reina madre, porque ella había hecho una monstruosa imagen de Asera. Asa destruyó la monstruosa imagen, la desmenuzó y la quemó junto al arroyo de Quedrón.
17 Aunque no quitó de Israel los lugares altos, sin embargo, el corazón de Asa fue íntegro todos sus días.
18 El introdujo en la casa de Dios lo que había consagrado su padre y lo que él mismo había consagrado: plata, oro y utensilios.

Pacto de Asa con Ben-hadad 

19
No hubo guerra hasta el año 35 del reinado de Asa. 

CAPITULO 16

 1 Pero en el año 36 del reinado de Asa, Baasa rey de Israel subió contra Judá y estaba reedificando Ramá para no dejar que ninguno tuviera acceso a Asa, rey de Judá.
2 Entonces Asa sacó plata y oro de los tesoros de la casa de Jehovah y de la casa del rey, y los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que habitaba en Damasco, diciendo:
3 "Haya alianza entre tú y yo, como la había entre mi padre y tu padre. He aquí, yo te envío plata y oro; vé y anula tu alianza con Baasa, rey de Israel, para que él se retire de mí." 
4 Ben-hadad consintió con el rey Asa. Envió contra las ciudades de Israel a los jefes de sus ejércitos, y atacaron Ijón, Dan, Abel-maim y todas las ciudades almacenes de Neftalí. 
5 Cuando Baasa oyó esto, dejó de reedificar Ramá e hizo cesar su obra.
6 Entonces el rey Asa trajo a todo Judá, y se llevaron las piedras y la madera de Ramá, con que Baasa edificaba. Y con ellas reedificó Geba y Mizpa. 
7 En aquel tiempo el vidente Hanani fue a Asa, rey de Judá, y le dijo: "Por haberte apoyado en el rey de Siria y no haberte apoyado en Jehovah tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria se ha escapado de tu mano.
8 ¿No eran los etíopes y los libios un ejército numerosísimo, con muchos carros y jinetes? Con todo, porque te apoyaste en Jehovah, él los entregó en tu mano.
9 Porque los ojos de Jehovah recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen un corazón íntegro para con él. Locamente has actuado en esto, y de ahora en adelante habrá guerras contra ti." 
10 Asa se enojó contra el vidente y lo puso en la cárcel, porque se encolerizó contra él por esto. En aquel tiempo también maltrató a algunos del pueblo.

Ultimos años y muerte de Asa 

11
He aquí que los hechos de Asa, los primeros y los últimos, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
12 En el año 39 de su reinado Asa se enfermó de los pies. Su enfermedad fue muy grave; pero aun en su enfermedad no consultó a Jehovah, sino a los médicos.
13 Asa reposó con sus padres y murió en el año 41 de su reinado,
14 y lo sepultaron en el sepulcro que él había cavado para sí en la Ciudad de David. Lo recostaron en un féretro, el cual llenaron de especias aromáticas y de todo tipo de ungüentos y mezclas de ungüentos, e hicieron una gran hoguera en su honor.

CAPITULO 17
El rey Josafat y sus reformas

1 En lugar de Asa reinó su hijo Josafat, quien se hizo fuerte contra Israel.
2 Puso tropas en todas las ciudades fortificadas de Judá, y puso destacamentos en la tierra de Judá y en las ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado. 
3 Jehovah estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de su padre David, y no acudió a los Baales.
4 Más bien, buscó al Dios de su padre, andando según sus mandamientos y no según las obras de Israel.
5 Por eso Jehovah afirmó el reino en su mano. Todo Judá daba presentes a Josafat, y él tuvo riquezas y gloria en abundancia.
6 Elevó su corazón hacia los caminos de Jehovah, y quitó otra vez de Judá los lugares altos y los árboles rituales de Asera. 
7 En el tercer año de su reinado envió a sus magistrados -Benjail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías-, para que enseñasen en las ciudades de Judá.
8 Y con ellos, a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tob-adonías; y con los levitas, a los sacerdotes Elisama y Joram.
9 Ellos enseñaron en Judá, llevando consigo el libro de la Ley de Jehovah. E hicieron una gira por todas las ciudades de Judá, instruyendo al pueblo. 
10 El temor de Jehovah cayó sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no hicieron guerra contra Josafat.
11 Algunos de los filisteos traían a Josafat presentes y tributos de plata. También los árabes le llevaban ganado: 7.700 carneros y 7.700 machos cabríos.
12 Josafat se fue engrandeciendo más y más, y edificó en Judá fortalezas y ciudades almacenes.
13 Tenía muchas provisiones en las ciudades de Judá.
El tenía en Jerusalén guerreros y hombres valientes.
14 Esta era la lista de ellos, según sus casas paternas:
Los jefes de millares de Judá: el jefe Adnas, y con él, 300.000 hombres valientes.
15 A su lado, el jefe Johanán, y con él, 280.000.
16 A su lado, Amasías hijo de Zicri, que se había ofrecido voluntariamente a Jehovah, y con él, 200.000 hombres valientes. 
17 Los de Benjamín: Eliada, un hombre valiente, y con él, 200.000 hombres armados de arco y escudo.
18 A su lado, Jozabad, y con él, 180.000 hombres listos para la guerra.
19 Estos eran servidores del rey, sin contar los que el rey había puesto en las ciudades fortificadas, por todo Judá.

CAPITULO 18
Josafat y Acab van contra los sirios
 

1 Josafat tenía riquezas y gloria en abundancia, y emparentó con Acab.
2 Después de algunos años descendió a Samaria para visitar a Acab, por lo que Acab mató muchas ovejas y vacas para él y para la gente que estaba con él. Y le persuadió a que subiese con él a Ramot de Galaad.
3 Acab, rey de Israel, preguntó a Josafat, rey de Judá:
-¿Irás conmigo a Ramot de Galaad? Y él le respondió: -Yo soy como eres tú, y mi pueblo como tu pueblo. Iremos contigo a la guerra. 
4 Además, Josafat dijo al rey de Israel:
-Por favor, consulta hoy la palabra de Jehovah. 
5 Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, a 400 hombres, y les preguntó: -¿Iremos a la guerra contra Ramot de Galaad, o desistiré? Ellos respondieron:
-Sube, porque Dios la entregará en mano del rey. 
6 Entonces preguntó Josafat:
-¿No hay aquí todavía algún profeta de Jehovah, para que consultemos por medio de él? 
7 El rey de Israel respondió a Josafat: -Todavía hay un hombre por medio del cual podríamos consultar a Jehovah; pero yo le aborrezco, porque no me profetiza el bien, sino el mal, todos sus días. Es Micaías hijo de Imla. Josafat respondió:
-No hable así el rey. 
8 Entonces el rey de Israel llamó a un funcionario y le dijo:
-Trae pronto a Micaías hijo de Imla. 
9 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, vestidos con sus vestiduras reales, estaban sentados, cada uno en su trono, en la era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante de ellos.
10 Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro y decía:
-Así ha dicho Jehovah: "¡Con éstos embestirás a los sirios, hasta acabar con ellos!" 
11 Y todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo:
-Sube a Ramot de Galaad y triunfa, porque Jehovah la entregará en mano del rey. 
12 El mensajero que había ido a llamar a Micaías le habló diciendo:
-He aquí, las palabras de los profetas unánimemente anuncian el bien al rey. Sea, pues, tu palabra como la de uno de ellos, y anuncia el bien. 
13 Pero Micaías respondió: -¡Vive Jehovah, que lo que mi Dios me diga, eso hablaré!
Llegó al rey,
14 y el rey le preguntó:
-Micaías, ¿iremos a la guerra contra Ramot de Galaad, o desistiré? El respondió:
-Subid y triunfad, porque serán entregados en vuestra mano. 
15 El rey le dijo:
-¿Cuántas veces tengo que hacerte jurar que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehovah? 
16 Entonces respondió:
-He visto a todo Israel dispersado por los montes como ovejas que no tienen pastor. Y Jehovah dijo: "Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz." 
17 Entonces el rey de Israel dijo a Josafat:
-¿No te dije que no profetizaría acerca de mí el bien, sino el mal? 
18 Luego dijo Micaías:
-Escuchad, pues, la palabra de Jehovah: Yo he visto a Jehovah sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba de pie a su derecha y a su izquierda.
19 Entonces Jehovah preguntó: "¿Quién inducirá a Acab, rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?" Y uno respondía de una manera, y otro respondía de otra manera.
20 Entonces salió un espíritu, se puso delante de Jehovah y dijo: "Yo le induciré." Jehovah le preguntó: "¿De qué manera?"
21 Y él respondió: "Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas." Y Jehovah dijo: "Tú lo inducirás, y también prevalecerás. Sal y hazlo así."
22 Ahora pues, he aquí que Jehovah ha puesto un espíritu de mentira en la boca de estos tus profetas, porque Jehovah ha decretado el mal con respecto a ti. 
23 Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciéndole:
-¿Por qué camino se apartó de mí el Espíritu de Jehovah, para hablarte a ti? 
24 Y Micaías respondió:
-¡He aquí, tú lo verás aquel día, cuando te metas de cuarto en cuarto para esconderte! 
25 Entonces dijo el rey de Israel:
-Tomad a Micaías y hacedlo volver a Amón, alcalde de la ciudad, y a Joás, hijo del rey.
26 Y diles: "El rey ha dicho así: ’Poned a éste en la cárcel y mantenedle con una escasa ración de pan y de agua, hasta que yo vuelva en paz.’ " 
27 Y Micaías dijo:
-Si logras volver en paz, Jehovah no ha hablado por medio de mí. -Y añadió-: ¡Oídlo, pueblos todos! 
28 El rey de Israel subió con Josafat, rey de Judá, a Ramot de Galaad.
29 El rey de Israel dijo a Josafat:
-Yo me disfrazaré y entraré en la batalla; pero tú, vístete con tus vestiduras. Entonces el rey de Israel se disfrazó, y entraron en la batalla.

Derrota de Israel y muerte de Acab 

30
Ahora bien, el rey de Siria había mandado a los jefes de los carros que tenía, diciendo: "No luchéis contra chico ni contra grande, sino sólo contra el rey de Israel."
31 Y sucedió que cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron:
-¡Este es el rey de Israel! Entonces se dirigieron hacia él para atacarle; pero Josafat gritó, y Jehovah le ayudó. Dios los desvió de él.
32 Y sucedió que al ver los jefes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él.
33 Entonces un hombre tiró con su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura y la coraza. Y él dijo al que guiaba el carro:

-¡Da la vuelta y sácame de la batalla, porque he sido herido!

34 La batalla arreció aquel día, y el rey de Israel fue sostenido en pie en el carro, frente a los sirios, hasta el atardecer. Y murió al ponerse el sol. 

CAPITULO 19

1 Josafat, rey de Judá, volvió en paz a su casa en Jerusalén.
2 Pero el vidente Jehú hijo de Hanani le salió al encuentro y dijo al rey Josafat:
-¿Das ayuda al impío y amas a los que aborrecen a Jehovah? Por esto, la ira de Jehovah será contra ti.
3 Sin embargo, se han hallado en ti cosas buenas, porque has eliminado del país los árboles rituales de Asera y has dispuesto tu corazón para buscar a Dios.

Política judicial de Josafat 

4
Josafat habitaba en Jerusalén, pero volvió a salir entre el pueblo desde Beerseba hasta la región montañosa de Efraín, y los hacía volver a Jehovah, Dios de sus padres.
5 También estableció jueces en la tierra, de ciudad en ciudad, en todas las ciudades fortificadas de Judá. 
6 Y dijo a los jueces: "Mirad lo que hacéis, porque no juzgáis en lugar del hombre, sino en lugar de Jehovah, quien estará con vosotros en materia de juicio.
7 Ahora pues, que el temor de Jehovah esté en vosotros. Actuad cuidadosamente, porque con Jehovah nuestro Dios no hay maldad, ni distinción de personas, ni aceptación de soborno." 
8 Josafat también estableció en Jerusalén a algunos de los levitas, de los sacerdotes y de los jefes de las casas paternas, para la administración de la justicia de Jehovah y para los pleitos de los habitantes de Jerusalén.
9 Y les mandó diciendo: "Habréis de proceder con temor de Jehovah, con fidelidad y con corazón íntegro.
10 En cualquier pleito que traigan a vosotros vuestros hermanos que habitan en sus ciudades (sean delitos de sangre o cuestiones de instrucción, mandamientos, leyes o decretos), habéis de advertirles a fin de que no pequen contra Jehovah y que no haya ira contra vosotros y contra vuestros hermanos. Al obrar de este modo, no tendréis culpabilidad.
11 He aquí que el sumo sacerdote Amarías será quien os presida en cualquier asunto de Jehovah. Zebadías hijo de Ismael, dirigente de la tribu de Judá, os presidirá en cualquier asunto del rey. Los levitas también actuarán delante de vosotros como oficiales. Esforzaos y actuad, y Jehovah esté con el bueno."

CAPITULO 20
Victoria de Josafat sobre Moab y Amón
 

1 Aconteció después de esto que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos algunos de los amonitas, salieron a la guerra contra Josafat.
2 Entonces fueron e informaron a Josafat diciendo: "Una gran multitud viene contra ti de la otra orilla del mar, de Edom. Y he aquí que están en Hazezón-tamar, que es En-guedi." 
3 Josafat tuvo temor, se propuso consultar a Jehovah e hizo pregonar ayuno en todo Judá.
4 Se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehovah, y de todas las ciudades de Judá vinieron para buscar a Jehovah.
5 Entonces Josafat se puso de pie ante la congregación de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehovah, delante del atrio nuevo,
6 y dijo: "Oh Jehovah, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, que gobiernas en todos los reinos de las naciones y que tienes en tu mano fuerza y poder, de modo que nadie te pueda resistir?
7 ¿No fuiste tú, oh Dios nuestro, el que echaste a los habitantes de esta tierra de la presencia de tu pueblo Israel y la diste a la descendencia de tu amigo Abraham para siempre?
8 Ellos han habitado en ella y han edificado allí un santuario a tu nombre, diciendo:
9 ’Si el mal viniese sobre nosotros (espada de juicio, peste o hambre), nos presentaremos delante de este templo y delante de ti, porque tu nombre está en este templo. A ti clamaremos en nuestra tribulación, y tú nos escucharás y librarás.’ 
10 "Ahora pues, he aquí que los hijos de Amón, los de Moab y los de la región montañosa de Seír (la tierra de los cuales no quisiste que Israel atravesase cuando venía de la tierra de Egipto, por lo que se apartaron de ellos y no los destruyeron);
11 he aquí que ahora ellos nos pagan viniendo a expulsarnos de la heredad que tú nos has dado en posesión.
12 Oh Dios nuestro, ¿no los juzgarás tú? Porque nosotros no disponemos de fuerzas contra esta multitud tan grande que viene contra nosotros. No sabemos qué hacer, pero en ti ponemos nuestros ojos." 
13 Todo Judá estaba de pie delante de Jehovah, con sus pequeños, sus mujeres y sus hijos.
14 También estaba allí Yajaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaías, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehovah en medio de la congregación,
15 y dijo: "Oíd, todo Judá y habitantes de Jerusalén, y tú, oh rey Josafat, así os ha dicho Jehovah: ’No temáis ni desmayéis delante de esta multitud tan grande, porque la batalla no será vuestra, sino de Dios.
16 Descended mañana contra ellos. He aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los encontraréis en el extremo del valle, frente al desierto de Jeruel.
17 En esta ocasión, vosotros no tendréis que luchar. Deteneos, estaos quietos y ved la victoria que Jehovah logrará para vosotros. ¡Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis! ¡Salid mañana a su encuentro, y Jehovah estará con vosotros!’ " 
18 Entonces Josafat inclinó su rostro a tierra. Del mismo modo, todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron delante de Jehovah, y adoraron a Jehovah.
19 Luego se levantaron los levitas de los hijos de Cohat y de los hijos de Coré, para alabar con fuerte y alta voz a Jehovah Dios de Israel. 
20 Se levantaron muy de mañana y salieron hacia el desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat se puso de pie y dijo: "Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén: ¡Creed en Jehovah vuestro Dios, y estaréis seguros! ¡Creed a sus profetas y seréis prosperados!" 
21 Después de consultar con el pueblo, designó a algunos de ellos para que cantasen a Jehovah y le alabasen en la hermosura de la santidad, mientras iban delante del ejército, diciendo: "¡Alabad a Jehovah, porque para siempre es su misericordia!" 
22 Cuando comenzaron el canto y la alabanza, Jehovah puso emboscadas contra los hijos de Amón, los de Moab y los de la región montañosa de Seír que habían venido contra Judá, y fueron derrotados.
23 Los hijos de Amón y de Moab se levantaron contra los de la región montañosa de Seír, para destruirlos por completo y aniquilarlos. Cuando habían acabado con los de la región montañosa de Seír, cada cual contribuyó a la destrucción de su campañero. 
24 Cuando los de Judá llegaron a cierta altura que domina el desierto, miraron hacia la multitud; y he aquí que ellos yacían muertos en tierra. Ninguno había escapado.
 25 Entonces Josafat y su gente fueron para despojarlos, y entre los cadáveres hallaron muchas riquezas, tanto vestidos como objetos preciosos, los que arrebataron para sí en tal cantidad que les era imposible llevar. Tres días duró el despojo, porque era mucho. 
26 Al cuarto día se congregaron en el valle de Berajá. Allí bendijeron a Jehovah; por eso llamaron el nombre de aquel lugar valle de Berajá, hasta hoy. 
27 Todos los hombres de Judá y de Jerusalén, con Josafat a la cabeza, partieron gozosos para regresar a Jerusalén; porque Jehovah les había dado gozo sobre sus enemigos.
28 Llegaron a Jerusalén, a la casa de Jehovah, con liras, arpas y trompetas.
29 Y cuando oyeron que Jehovah había combatido contra los enemigos de Israel, el temor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquellas tierras.
30 Entonces el reino de Josafat tuvo tranquilidad, porque su Dios le dio reposo por todas partes.

Ultimos años y muerte de Josafat 

31
Así reinó Josafat sobre Judá. Tenía 35 años cuando comenzó a reinar, y reinó 25 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Azuba hija de Silji. 
32 El anduvo en el camino de su padre Asa, sin apartarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehovah.
33 Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo aún no había dispuesto su corazón hacia el Dios de sus padres. 
34 Los demás hechos de Josafat, los primeros y los últimos, he aquí que están escritos en las crónicas de Jehú hijo de Hanani, las cuales fueron incluidas en el libro de los reyes de Israel. 
35 Pasadas estas cosas Josafat, rey de Judá, se asoció con Ocozías, rey de Israel, quien era dado a la impiedad.
36 Josafat lo hizo su socio para hacer barcos que fueran a Tarsis, y construyeron barcos en Ezión-geber.
37 Entonces Eliezer hijo de Dodava, de Maresa, profetizó contra Josafat diciendo: "Porque te has asociado con Ocozías, Jehovah destruirá tus obras." Y los barcos se destrozaron y no pudieron ir a Tarsis.

CAPITULO 21

1 Josafat reposó con sus padres y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David. Y su hijo Joram reinó en su lugar.

Joram, rey de Judá 

2
Joram tenía estos hermanos, hijos de Josafat: Azarías, Yejiel, Zacarías, Azariahu, Micael y Sefatías. Todos éstos eran hijos de Josafat, rey de Judá.
3 Su padre les había dado muchos regalos de plata, oro y cosas preciosas, junto con ciudades fortificadas en Judá; pero a Joram le había dado el reino, porque él era el primogénito.
4 Joram ascendió al trono de su padre, y después que se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos y también a algunos de los jefes de Israel.
5 Joram tenía 32 años cuando comenzó a reinar, y reinó 8 años en Jerusalén. 
6 El anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab, porque tenía por mujer a una hija de Acab. E hizo lo malo ante los ojos de Jehovah.
7 Sin embargo, Jehovah no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que había hecho con David. Porque había prometido darle una lámpara a él, y a sus hijos, continuamente. 
8 En sus días Edom se rebeló contra el dominio de Judá, y constituyeron un rey sobre ellos.
9 Entonces Joram fue con sus oficiales y todos sus carros con él. Y sucedió que levantándose de noche, atacó a los edomitas que les habían cercado a él y a los jefes de los carros.
10 Así se rebeló Edom contra el dominio de Judá, hasta el día de hoy. Por aquel tiempo, también Libna se rebeló contra su dominio, porque él había abandonado a Jehovah, Dios de sus padres. 
11 Además, edificó lugares altos en los montes de Judá e hizo que los habitantes de Jerusalén se prostituyeran; y a lo mismo empujó a Judá.
12 Entonces le llegó una carta del profeta Elías que decía:
Así ha dicho Jehovah, Dios de tu padre David: "Por cuanto no has andado en los caminos de tu padre Josafat, ni en los caminos de Asa, rey de Judá,
13 sino que has andado en los caminos de los reyes de Israel y has hecho que Judá y los habitantes de Jerusalén se prostituyan, como se ha prostituido la casa de Acab, y además has asesinado a tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que tú,
14 he aquí que por eso Jehovah traerá una gran plaga sobre tu pueblo, sobre tus hijos, sobre tus mujeres y sobre todos tus bienes.
15 Y a ti te herirá con muchas enfermedades. Una enfermedad de los intestinos ocasionará que éstos se te salgan a causa de la enfermedad, día tras día." 
16 Jehovah despertó contra Joram el espíritu de los filisteos y de los árabes que estaban al lado de los etíopes,
17 y subieron contra Judá y la invadieron. Luego tomaron todos los bienes que hallaron en el palacio real, y también a sus hijos y a sus mujeres. No le quedó más hijo que Ocozías, el menor de sus hijos.
18 Después de todo esto Jehovah lo hirió con una enfermedad incurable en sus intestinos.
19 Y sucedió que con el transcurso de los días, al final de dos años, se le salieron los intestinos a causa de su enfermedad, y murió con graves dolores. Su pueblo no hizo una hoguera por él, como la habían hecho por sus padres. 
20 Tenía 32 años cuando comenzó a reinar, y reinó 8 años en Jerusalén; y se fue sin ser deseado. Lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.

Ocozías, rey de Judá 

1 Los habitantes de Jerusalén proclamaron rey en su lugar a Ocozías, su hijo menor, porque una banda armada que había venido con los árabes al campamento había matado a todos los mayores. Por eso asumió el reinado Ocozías hijo de Joram, rey de Judá.
2 Ocozías tenía 22 años cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre era Atalía hija de Omri. 
3 El anduvo en los caminos de la casa de Acab, porque su madre le aconsejaba a que actuase impíamente.
4 E hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, como la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaban para su perdición.
5 También siguió sus consejos y con Joram hijo de Acab, rey de Israel, fue a la guerra contra Hazael, rey de Siria, en Ramot de Galaad. Los sirios hirieron a Joram,
6 y éste volvió a Jezreel para curarse de las heridas que le habían ocasionado en Ramot cuando combatía contra Hazael, rey de Siria. Entonces Ocozías hijo de Joram, rey de Judá, descendió a Jezreel para ver a Joram hijo de Acab, porque éste estaba enfermo. 
7 La caída de Ocozías, al visitar a Joram, ocurrió de parte de Dios, pues cuando llegó, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehovah había ungido para que exterminase a la casa de Acab.
8 Y sucedió que cuando Jehú ejecutaba juicio contra la casa de Acab, encontró a los jefes de Judá y a los hijos de los hermanos de Ocozías, que servían a Ocozías, y los mató.
9 Después mandó buscar a Ocozías, y lo capturaron en Samaria, donde se había escondido; lo llevaron a Jehú y lo mataron. Y le dieron sepultura, porque dijeron: "Era hijo de Josafat, quien buscó a Jehovah con todo su corazón."
No quedó nadie de la casa de Ocozías para retener el poder del reino.

Atalía usurpa el trono de Judá

10 Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, se levantó y exterminó a toda la descendencia real de la casa de Judá.
11 Pero Josabet, hija del rey, tomó a Joás hijo de Ocozías, lo sacó a escondidas de entre los hijos del rey a quienes estaban dando muerte, y puso a él y a su nodriza en un dormitorio. Josabet, hija del rey Joram y mujer del sacerdote Joyada (siendo ella hermana de Ocozías), lo escondió de Atalía, para que no lo matara.
12 Y estuvo escondido con ellos en la casa de Dios seis años. Entre tanto, Atalía reinaba en el país.

CAPITULO 23
Joás asciende al trono de Judá
 

1 Al séptimo año, Joyada cobró ánimo y trajo, para hacer un convenio con él, a jefes de centenas: Azarías hijo de Jerojam, Ismael hijo de Johanán, Azarías hijo de Obed, Maasías hijo de Adaías y Elisafat hijo de Zicri.
2 Ellos recorrieron Judá y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá y a los jefes de las casas paternas de Israel, y fueron a Jerusalén.
3 Entonces toda la congregación hizo un convenio con el rey en la casa de Dios, y Joyada les dijo:
-He aquí el hijo del rey, el cual reinará, como Jehovah ha prometido acerca de los hijos de David.
4 Esto es lo que habéis de hacer: Una tercera parte de vosotros, los sacerdotes y los levitas que entráis de turno el sábado, estaréis de porteros.
5 Otra tercera parte estará en la casa del rey, y la otra tercera parte estará en la puerta del Cimiento. Todo el pueblo estará en los atrios de la casa de Jehovah,
6 pero nadie entrará en la casa de Jehovah, excepto los sacerdotes y los levitas que sirven. Estos podrán entrar, porque están consagrados; y todo el pueblo guardará la ordenanza de Jehovah.
7 Entonces los levitas formarán un círculo alrededor del rey, cada uno con sus armas en su mano. Cualquiera que entre en el templo morirá. Estaréis con el rey cuando entre y cuando salga. 
8 Los levitas y todo Judá hicieron conforme a todo lo que había mandado el sacerdote Joyada. Tomaron cada uno a sus hombres, a los que habían de entrar el sábado y a los que habían de salir el sábado, porque el sacerdote Joyada no dio licencia a los grupos.
9 El sacerdote Joyada dio a los jefes de centenas las lanzas y los escudos pequeños y grandes que habían sido del rey David, y que estaban en la casa de Dios.
10 Luego puso a toda la gente en su lugar, cada uno con su lanza en la mano, desde el lado sur del templo hasta el lado norte del templo, entre el altar y el templo, alrededor del rey. 
11 Luego sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona, le dieron el testimonio y le proclamaron rey. Joyada y sus hijos lo ungieron diciendo:
-¡Viva el rey! 
12 Cuando Atalía oyó el bullicio de la gente que corría y loaba al rey, se acercó a la gente en la casa de Jehovah.
13 Y cuando miró, he aquí que el rey estaba de pie junto a su columna, a la entrada. Los magistrados y los que tocaban las trompetas estaban junto al rey. Todo el pueblo de la tierra se regocijaba y tocaba las trompetas, y los cantores dirigían la alabanza con instrumentos musicales. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó:
-¡Conspiración! ¡Conspiración! 
14 Luego el sacerdote Joyada sacó a los jefes de centenas que estaban al mando del ejército, y les dijo: -¡Sacadla de entre las filas; y el que la siga sea muerto a espada!
Porque el sacerdote había dicho que no la matasen en la casa de Jehovah.
15 Entonces le echaron mano, y cuando ella llegó a la entrada de la puerta de los Caballos de la casa del rey, allí la mataron. 
16 Joyada hizo un pacto entre él, todo el pueblo y el rey, de que serían el pueblo de Jehovah.
17 Después todo el pueblo entró en el templo de Baal, y lo destruyeron. Rompieron sus altares y sus imágenes, y delante de los altares mataron a Matán, sacerdote de Baal. 
18 Luego Joyada designó oficiales para la casa de Jehovah, a cargo de los sacerdotes levitas, a quienes David había organizado para estar a cargo de la casa de Jehovah, a fin de ofrecer los holocaustos de Jehovah, como está escrito en la ley de Moisés, con alegría y canto, conforme a lo establecido por David.
19 También puso porteros junto a las puertas de la casa de Jehovah, para que no entrase ninguna persona impura por cualquier razón. 
20 Después tomó a los jefes de centenas, a los poderosos, a los que gobernaban el pueblo y a todo el pueblo de la tierra; e hizo descender al rey desde la casa de Jehovah. Entraron en la casa del rey por la puerta superior, e hicieron que el rey se sentase en el trono del reino.
21 Todo el pueblo de la tierra se regocijó, y la ciudad estaba en calma, después que a Atalía le habían dado muerte a espada.

CAPITULO 24

1 Joás tenía 7 años cuando comenzó a reinar, y reinó 40 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Sibia, de Beerseba.

Joás restaura el templo 

2
Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehovah, todo el tiempo del sacerdote Joyada.
3 Joyada tomó para el rey dos mujeres, y éste engendró hijos e hijas. 
4 Aconteció después de esto que Joás decidió reparar la casa de Jehovah.
5 Entonces reunió a los sacerdotes y a los levitas, y les dijo:
-Recorred las ciudades de Judá y reunid de todo Israel el dinero para reparar de año en año la casa de vuestro Dios. Poned diligencia en este asunto.
Pero los levitas no pusieron diligencia.
6 Entonces el rey llamó a Joyada, el sumo sacerdote, y le dijo:
-¿Por qué no has requerido de los levitas que traigan de Judá y de Jerusalén la contribución que Moisés, siervo de Jehovah, y la congregación de Israel establecieron para el tabernáculo del testimonio? 
7 Pues los hijos de la malvada Atalía habían arruinado la casa de Dios, y también habían empleado para los Baales todas las cosas sagradas de la casa de Jehovah. 
8 Entonces el rey dijo que hiciesen un cofre, que pusieron fuera, junto a la puerta de la casa de Jehovah.
9 Luego hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén que trajesen a Jehovah la contribución que Moisés, siervo de Dios, había establecido para Israel en el desierto.
10 Entonces se regocijaron todos los jefes y todo el pueblo, y traían sus contribuciones y las echaban en el cofre, hasta llenarlo.
11 Y sucedía que cuando llegaba el tiempo para llevar el cofre al oficial del rey por medio de los levitas, y cuando veían que había mucho dinero, el escriba del rey y el oficial del sumo sacerdote iban y vaciaban el cofre, y lo tomaban y lo volvían a poner en su lugar. Así lo hacían a diario, y recogían mucho dinero.
12 Luego el rey y Joyada lo entregaban a los que hacían la obra de reparación de la casa de Jehovah. Así contrataban canteros y carpinteros para que restauraran la casa de Jehovah; igualmente trabajadores en hierro y en bronce, para que reparasen la casa de Jehovah. 
13 Los obreros trabajaban, y la obra de restauración progresó en sus manos. Restauraron la casa de Dios a su primer estado y la reforzaron.
14 Cuando acabaron, llevaron al rey y a Joyada lo que quedó del dinero, y con él hicieron utensilios para la casa de Jehovah: utensilios para el servicio y para ofrecer holocaustos, cucharas y utensilios de oro y de plata. Continuamente ofrecían holocaustos en la casa de Jehovah, todos los días de Joyada.

Muerte de Joyada y apostasía de Joás 

15
Entonces Joyada envejeció y murió lleno de años. Tenía 130 años cuando murió,
16 y lo sepultaron en la Ciudad de David, junto con los reyes, porque había hecho bien en Israel para con Dios y su casa. 
17 Después de la muerte de Joyada vinieron los jefes de Judá y se postraron ante el rey, y el rey los escuchó.
18 Entonces abandonaron la casa de Jehovah, Dios de sus padres, y rindieron culto a los árboles rituales de Asera y a los ídolos. Y la ira de Dios vino contra Judá y contra Jerusalén, a causa de esta culpa suya.
19 Sin embargo, les envió profetas para que los hiciesen volver a Jehovah; y éstos les amonestaron, pero ellos no escucharon.

Crimen de Joás contra Zacarías 

20
Entonces el Espíritu de Dios invistió a Zacarías, hijo del sacerdote Joyada, quien se puso de pie donde estaba más alto que el pueblo y les dijo:
-Así ha dicho Dios: "¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehovah? No prosperaréis; porque por haber abandonado a Jehovah, él también os abandonará." 
21 Pero ellos conspiraron contra él, y por mandato del rey lo apedrearon en el atrio de la casa de Jehovah.
22 El rey Joás no se acordó de la bondad que Joyada, padre de Zacarías, había mostrado con él. Más bien, mató a su hijo, quien dijo al morir: "¡Jehovah lo vea y lo demande!"

Ultimos años y muerte de Joás 

23
Aconteció que al año siguiente subió contra él el ejército de Siria. Vinieron a Judá y a Jerusalén, destruyeron de entre la población a todos los magistrados del pueblo y enviaron todo su botín al rey en Damasco.
24 Aunque el ejército de Siria había venido con poca gente, Jehovah entregó en su mano un ejército muy numeroso, porque habían abandonado a Jehovah, Dios de sus padres. Así ejecutaron juicio contra Joás. 
25 Cuando los sirios se alejaron de él, lo dejaron gravemente enfermo. Después conspiraron contra él sus servidores, a causa de la sangre del hijo del sacerdote Joyada. Lo hirieron de muerte en su cama, y murió. Y lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.
26 Los que conspiraron contra él fueron Zabad, hijo de Simeat la amonita, y Jozabad, hijo de Simrit la moabita. 
27 Lo referente a sus hijos, a las muchas profecías acerca de él y a la restauración de la casa de Jehovah, he aquí que está escrito en la historia del libro de los reyes. Y su hijo Amasías reinó en su lugar.

 
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